La lenta evolución de la muerte digna
LOS INICIOS.
Los cuidados paliativos, aunque distintos a la eutanasia, fueron la base del concepto de muerte digna. Surgen sobre todo en los años sesenta, de la mano de la enfermera británica Cicely Saunders. En la década posterior, a medida que la técnica y la medicina avanzaban y lograban mantener con vida a enfermos en fase terminal, el debate proeutanasia cogió fuerza. En 1973 se fundó la primera asociación promuerte digna en Holanda. En 1976 se celebró el primer congreso mundial, al que acudieron asociaciones de Japón, Holanda, Australia, Reino Unido y EE UU. En 1984 se creó DMD (Derecho a Morir Dignamente) en España.
LAS LEYES.
Actualmente, la eutanasia es legal, en mayor o menor medida, en Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y en tres Estados de EE UU. En países como Reino Unido no se persigue al colaborador necesario para una eutanasia si esta se realiza de buena fe. En España, la Ley General de Sanidad de 1996 y la de Autonomía del Paciente de 2002 permiten la sedación terminal y el derecho a negarse a recibir tratamientos. En Andalucía, el pasado marzo se aprobó una ley específica de muerte digna (que no eutanasia), similar a la que anunció el Gobierno hace dos semanas. La nueva norma reconocerá el derecho a morir sin dolor.
LA IGLESIA.
Para la Iglesia católica, la eutanasia es "un atentado contra la vida humana". En su última visita a España, el papa Benedicto XVI reiteró su defensa de la vida "desde su inicio hasta su fin último natural". Una postura similar a la del anterior pontífice, el papa Juan Pablo II.
LA OPINIÓN DE LOS MÉDICOS Y LA SOCIEDAD.
La encuesta más reciente acerca de la eutanasia en España revela que un 29% de los dirigentes médicos está a favor de dicha práctica. Sin embargo, el porcentaje sube hasta el 60% cuando se pregunta a todos los médicos. En cuanto a la población, el apoyo roza el 70%, llegando a alcanzar el 75% entre los jóvenes.
JOSEFINA REVERTE. 1992.
El escritor Jorge Martínez Reverte detalló, muchos años después, en 2008, la muerte dulce de su madre. Rompió así el silencio familiar para dar testimonio de un relato conmovedor en las páginas de Domingo de El País.
RAMÓN SAMPEDRO. 1998.
La lucha de este gallego, que murió a los 55 años tras pasar tres décadas postrado en su cama, tetrapléjico, levantó la polvareda mediática acerca de la eutanasia en España. Ramona Maneiro, amiga de Sampedro, le ayudó a suicidarse, según confesó ella misma siete años después.
TERRI SCHIAVO. 2005.
La muerte de esta mujer estadounidense en estado vegetativo, a los 13 días de serle desconectada la sonda de alimentación, puso fin a una durísima batalla judicial entre el marido y la familia (abajo) de Schiavo, lucha en la que también llegó a intervenir el presidente de EE UU George W. Bush.
MADELEINE Z. 2007.
"Quiero dejar de no vivir", contó antes de morir. Aquejada de una grave enfermedad, se quitó la vida, aunque antes quiso compartir su historia, convencida de que la eutanasia debe ser un derecho para todos. EL PAÍS relató su muerte.
INMACULADA ECHEVARRÍA. 2007.
La paciente, aquejada de una distrofia muscular progresiva, estaba ingresada en un hospital gestionado por una orden religiosa. Tras la autorización de la Junta de Andalucía para que le fuera desconectado el respirador, el hospital pidió el traslado de la mujer (a la derecha) a otro centro de la red pública para no molestar así a ciertos sectores religiosos.
CHANTAL SÉBIRE. 2008.
Enferma de un extraño e incurable cáncer en la cavidad nasal que le había desfigurado la cara, Sébire acudió a los tribunales franceses para pedir la eutanasia. Le fue denegada. Dos días después se suicidó.
ELUANA ENGLARO. 2009.
La vida de esta joven terminó el mismo día que el Senado italiano debatía la ley preparada por el Gobierno de Berlusconi para mantenerla con vida. Sucedió tras 17 años en estado vegetativo y tras la lucha de su familia, con el padre Beppino Englaro (arriba) a la cabeza, por una muerte digna para su hija, frente a las autoridades religiosas y políticas que se oponían.
LA CONFESIÓN. 2010.
El periodista británico de la BBC Ray Gosling admitió haber ayudado a morir a su pareja, enfermo de sida. Cuando este estaba ingresado en el hospital, ya desahuciado, Gosling le asfixió con una almohada.
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