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Entrevista:BEN RHODE | Experto del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos | Escalada bélica en Corea

"Con este despliegue de fuerza, el régimen intenta legitimar al heredero"

Al borde de una nueva hambruna como la que en los noventa mató a centenares de miles de ciudadanos, Corea del Norte eleva el tiro de su desafío militar. El nuevo ataque de Pyongyang contra Corea del Sur no solo es una demostración de fuerza hacia el exterior, sino que tiene mucho que ver con los problemas internos del país, según Ben Rhode, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégico de Londres (IISS, en sus siglas en inglés). Rhode, especializado en desarme y no proliferación y en el conflicto entre las dos Coreas, cree que con este nuevo despliegue militar, el régimen intenta legitimar al sucesor de Kim Jong-il, su hijo Kim Jong-un. Y lo hace porque además "sabe que no se enfrentará a ningún castigo severo".

"El apoyo de China anima a Corea del Norte a seguir con las provocaciones"
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Pregunta. ¿Por qué el Gobierno norcoreano ha decidido dar un paso más en su escalada militar? ¿Por qué ahora?

Respuesta. Después de la débil respuesta internacional tras el hundimiento de la corbeta Cheonan el pasado marzo, el régimen comprendió que es muy improbable que se enfrente a un castigo severo por sus provocaciones militares. Parece que el hijo de Kim Jong-il, Kim Jong-un, será el nuevo líder. Ha sido nombrado "Joven General", no tiene aún ni 30 años y no ha tenido ningún logro real. Este despliegue de fuerza militar refuerza su legitimidad. El ataque está probablemente vinculado a otra demostración de fuerza de Pyongyang: sus avances en la capacidad de enriquecer uranio. Corea del Norte quiere ser aceptada como una potencia nuclear, al mismo nivel que Estados Unidos en las negociaciones. No se puede permitir que eso ocurra.

P. ¿Cómo puede Pyongyang justificar esta nueva escalada mientras el país se enfrenta a otra hambruna?

R. Es justo lo contrario: los problemas internos hacen que este tipo de provocaciones sean más atractivas. El régimen es extremadamente brutal con sus ciudadanos y casi se alegró cuando centenares de miles de personas murieron durante la hambruna de los noventa. Su preocupación es seguir en el poder. Su legitimidad solo la garantiza la fuerza militar. Crear una crisis limitada le ayuda a mantener el control.

P. Las sanciones parecen ser ineficaces. ¿Cuál es la mejor opción frente a Corea del Norte?

R. Las sanciones serían más efectivas si algunos países, como China, se convencieran de que hay que aplicarlas con rigor. Otra forma de enfrentarse a Corea del Norte, descartando la opción militar, es congelar los activos bancarios de sus líderes (como se hizo, aunque en un momento no muy acertado, con el Banco Delta Asia en 2005). Y también involucrar a otros países en acuerdos como la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación para evitar que los norcoreanos puedan importar o exportar material nuclear. Otra posibilidad es sabotear su programa nuclear, como parece haber ocurrido con el de Irán, pero eso es algo extremadamente difícil.

P. ¿Cómo cree que reaccionará China?

R. China probablemente se enfadará con Corea del Norte por su nueva provocación, pero no hará nada que pueda causar el hundimiento del régimen. Su objetivo estratégico es garantizar la estabilidad de la península coreana. Mientras el alcance de estas refriegas militares sea limitado, Pekín no tomará ninguna decisión contra Pyongyang que pueda amenazar seriamente al régimen. Es importante que Pekín entienda que apoyando de tal forma al Gobierno de Corea del Norte le anima a seguir con estas provocaciones. Y esto no favorece a los intereses chinos a largo plazo.

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