Pescar truchas a golpe de lejía
Condenados a 18 meses dos furtivos que mataron un millar de peces tirando 30 litros de detergente al río
Un juez de Lleida ha condenado a dos vecinos de Balaguer (Noguera) a un año y medio de prisión por un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. Los acusados, de unos 30 años, vertieron más de 30 litros de lejía en el cauce del río Flamisell, en la Vall Fosca, y mataron más de un millar de truchas. Lo hicieron por despecho después de haber sido multados por pescar sin el preceptivo permiso.
La condena se dictó por conformidad de los acusados, que no entrarán en la cárcel al carecer de antecedentes y ser la pena inferior a dos años. Durante la vista oral celebrada el miércoles en el Juzgado de lo Penal número 3 de Lleida, la fiscal rebajó la pena de tres años que inicialmente solicitaba para ellos.
Los hechos, admitidos sin ruborizarse por los acusados, tuvieron lugar en junio de 2006, después de haber sido sorprendidos por agentes rurales cuando pescaban truchas sin permiso en el río Flamisell, afluente del Noguera Pallaresa, a su paso por el municipio de La Torre de Capdella (Pallars Jussà). Los agentes, además de retirarles las cañas y las piezas pescadas, les multaron por infracción de la normativa de pesca.
Los acusados, enojados por la sanción, que fue inferior a 30 euros, decidieron vengarse. Dos días más tarde se dirigieron a un supermercado de La Pobla de Segur, localidad situada a unos 30 kilómetros, y compraron cinco garrafas de lejía, que al día siguiente echaron al río Flamisell en la misma zona en la que habían sido sorprendidos.
Esta acción provocó la muerte de más de un millar de truchas y otros invertebrados por falta de oxígeno en el agua. Llorenç Ricou, subinspector del Cuerpo de Agentes Rurales de Lleida, explicó que unos 1.300 peces quedaron flotando y los acusados se llevaron todos los que pudieron cargar en el coche. "Se llevaron los ejemplares más grandes y no sabemos qué hicieron con ellos", señala.
El vertido, que dejó sin fauna un tramo de más de medio kilómetro de río, afectó a parte de una zona de pesca libre sin cebo vivo y parte de otra de pesca controlada que gestiona la Sociedad de Pescadores de la Vall Fosca.
Los causantes del vertido fueron identificados un mes más tarde gracias a la filmación registrada por una cámara de seguridad del supermercado donde compraron la lejía. Una empleada del establecimiento también los identificó como las personas que habían adquirido todas las garrafas de ese producto que ese día tenía en las estanterías.
Los condenados deberán pagar una multa de 1.800 euros y una indemnización de 10.000 al Ayuntamiento de La Torre de Capdella. Su alcalde, el socialista Josep Maria Dalmau, se muestra indignado por una acción a su juicio "premeditada", que ocasionó un grave perjuicio ya que la pesca es una actividad económica muy importante para el municipio. "A dos personas que hacen algo así se les puede llamar cualquier cosa menos pescadores", dijo.
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