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Reportaje:

La historia árabe, contada más allá de las bombas y de los prejuicios

El californiano Eugene Rogan viaja desde el Imperio Otomano hasta la actualidad

Naiara Galarraga Gortázar

Antaño los occidentales sentían gran curiosidad por los árabes. Y viceversa. Hoy la desconfianza es mutua. En un intento de cerrar ese "cisma de incomprensión" entre estas dos partes del mundo donde muchos ven a la otra parte como "una amenaza a su modo de vida", Eugene Rogan ha escrito la ambiciosa y amena Los árabes. Del Imperio Otomano a la actualidad (Crítica), que recorre cinco siglos de esperanzas, frustraciones y humillaciones de este pueblo unido por la lengua, la cultura y la religión.

La brecha se abrió con el 11-S y se ha agrandado con las guerras de Afganistán y de Irak. Pero no siempre fue así. Rogan, director del Centro sobre Oriente Próximo de la Universidad de Oxford, sazona su historia con entretenidas crónicas de la época. Ahí está el egipcio Refaa El Tahtawi, que aprendió francés y partió en 1826 con una misión: "Viaja a una tierra extraña y exótica, ¡a París! Describe cómo ponen la mesa, qué escriben en los periódicos, cómo funciona la política, cómo crean una empresa, cómo visten las mujeres, cómo son las relaciones entre hombres y mujeres".

"Los islamistas ganarán cualquier elección libre, pero no tengamos miedo"

Siempre resulta curioso ver la historia contada desde el otro lado. La guerra del Rif, una rebelión liderada por el juez Abdelkrim en esas montañas que dominan el Mediterráneo, costaron la vida a decenas de miles de soldados españoles entre 1921 y 1926 "en lo que ha llegado a considerarse la peor derrota de un ejército colonial europeo en África en el XX". Las referencias a España, no obstante, son escasas: "Los presidios del siglo XV y del XVI (incluidas las actuales Ceuta y Melilla) y el papel de España en la partición de Marruecos". Eugene Rogan (California, 1960) fue testigo de un puñado de los episodios sobre los que escribe porque vivió en Oriente Próximo de los 10 a los 18 años. Su familia se instaló allí porque su padre trabajaba en una empresa que vendía aviones a ejércitos árabes.

La desesperanza reina hoy en el mundo árabe, de Marruecos a Irak. Pero hubo un tiempo en que las cosas eran de otra manera: "En los años cincuenta empezaron a obtener sus independencias de Gran Bretaña y Francia, creyeron que se podrían convertir en una de las grandes potencias del XX, que podrían superar las divisiones que el imperialismo les había impuesto, que podrían ser tan grandes como lo fueron los árabes en los primeros siglos del islam", explica el investigador, quien añade que "la dominación extranjera nunca desapareció".

Por eso el autor responsabiliza "a partes iguales" a Occidente y a los líderes locales, con pocas excepciones, de la situación que padecen los árabes. "La esperanza les vendrá menos por el cambio político que por el económico. Lo que trae dignidad es tener un trabajo que te permita casarte y tener una familia, no la grandeza del pueblo árabe", dice tras recordar que es una población muy joven con toda la vida por delante.

Rogan opina que casi todos los dirigentes árabes han fallado a su gente con las salvedades del rey Hussein de Jordania, que "creó un país de la nada", y el tunecino Habib Burgiba, que logró mayor nivel de igualdad entre hombres y mujeres que cualquier otro país de la zona. El libro incluye sorpresas como el titular Une manifestation féministe en Egypte en un periódico egipcio, en francés, de 1919, ilustrado con un dibujo de mujeres cubiertas de modo que solo dejan a la vista los ojos y escoltadas por una vanguardia masculina.

El historiador tiene la certeza de que "los islamistas ganarán cualquier elección libre" que se celebre en el mundo árabe (el triunfo de Hamás en Palestina en 2006 fue el último), algo que en Occidente pocos quieren oír. "El mundo no se acabó porque los islamistas llegaran al poder en Irán, Sudán, Pakistán... En Arabia Saudí siempre han gobernado. No deberíamos tener miedo. Es una de esas cosas que los países deben elegir por sí mismos".

Eugene Rogan, director del Centro sobre Oriente Próximo de la Universidad de Oxford, en Madrid.
Eugene Rogan, director del Centro sobre Oriente Próximo de la Universidad de Oxford, en Madrid.CRISTÓBAL MANUEL
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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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