El Gobierno denuncia su "profundo malestar" por los "ataques inaceptables" de Chávez
El Gobierno de Zapatero ha endurecido su posición hacia el Ejecutivo del venezolano Hugo Chávez, de manera inusual, por sus declaraciones contra varios ministros españoles debido a la presencia de miembros de ETA en el país sudamericano.
El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció, tras el Consejo de Ministros, que la titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, había comunicado al embajador de Venezuela el "profundo malestar" del Ejecutivo español por los ataques "inaceptables e injustificables" que la Cancillería venezolana ha dirigido a ministros y políticos españoles. Jiménez interrumpió su presencia en el Consejo de Ministros para hablar con el embajador venezolano.
Unas horas antes un comunicado de la Cancillería venezolana acusaba a la "clase política española" de "cobardía política" por tratar de "justificar su fracaso en la lucha contra este flagelo (ETA), intentando endosarlo al pueblo y Gobierno de Venezuela". El comunicado precisaba su ataque en el vicepresidente Pérez Rubalcaba; la ministra de Exteriores, Jiménez, y el de Justicia, Francisco Caamaño, a quienes acusaba de "asociar al pueblo y al Gobierno de Venezuela con la banda terrorista ETA".
"El Gobierno venezolano no permitirá que se siga cediendo desde España por oportunismo o por convicción a la presión de las corporaciones mediáticas a expensas de la dignidad del pueblo venezolano", añadía el texto, que concluía reclamando el "cese inmediato de las declaraciones ambiguas y tendenciosas de parte de los altos responsables gubernamentales de España".
Esta reacción del Gobierno de Hugo Chávez se produce poco después de que el Ejecutivo español solicitara la extradición de Arturo Cubillas, etarra deportado a Venezuela en 1989, al que la justicia española reclama por presuntos nexos entre ETA y las FARC. Cubillas, de nacionalidad venezolana, trabaja en un ministerio del Gobierno de Chávez.
Pese a la dura respuesta del Gobierno español a la Cancillería venezolana, Pérez Rubalcaba trató de suavizarla al precisar que "el Ejecutivo quiere que la colaboración con Venezuela se mejore y se va a seguir trabajando en ello, lo que no impide que cuando haya una posición pública inaceptable e injustificable la digamos".
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