El conflicto de Oriente Próximo
Decenas de miles de colonos israelíes celebraron ayer fiestas en Cisjordania. Y convirtieron el fin de la moratoria sobre la construcción y ampliación de asentamientos, expirada la pasada medianoche, en un desafío. Fue inútil que Benjamín Netanyahu, pidiera moderación y que no se provocara a los palestinos: diputados del Likud, acudieron para unirse a los colonos.
Hamás, la organización islamista que ganó las elecciones generales palestinas en 2006 y que, tras la breve guerra civil que la enfrentó a Fatah, perdió el poder en Cisjordania y se hizo fuerte en Gaza, asegura que quiere la paz.
La escena no tiene desperdicio. Transcurrió en la víspera de la jornada electoral, en el palacio de Miraflores, sede de la presidencia de Venezuela. Hugo Chávez, vestido de militar, con una camiseta roja bajo la guerrera verde oliva y rodeado de sus ministros, se dirige en tono relajado a un numeroso grupo de partidarios.
Tropas estadounidenses y afganas iniciaron ayer la operación Golpe de Dragón, destinada a expulsar a los talibanes de Kandahar, su principal bastión, según indicaron fuentes militares. El objetivo inmediato de la operación es expulsar a los integristas de tres distritos de la ciudad afgana, según informó el general Joseph Blotz, portavoz de la OTAN en Kabul.
"La era del Nuevo Laborismo ya ha pasado. Una nueva generación ha tomado el relevo y las viejas etiquetas ya no están en vigor", sentenció ayer el nuevo líder de los laboristas británicos, Ed Miliband, en el programa político estrella dominical de la BBC, The Andrew Marr Show.