Hamás dice que la actual negociación solo generará más frustraciones
Los integristas admiten que Israel está suavizando las restricciones a Gaza
Hamás, la organización islamista que ganó las elecciones generales palestinas en 2006 y que, tras la breve guerra civil que la enfrentó a Fatah, perdió el poder en Cisjordania y se hizo fuerte en Gaza, asegura que quiere la paz. Y que alcanzar un acuerdo es posible: "La propuesta lanzada por los países árabes en 2002 es válida, pero hay una fórmula aún más sencilla y consiste en que todas las partes acepten las resoluciones aprobadas por la ONU sobre el conflicto", afirma Salah el Bardauil, portavoz islamista en el Parlamento en Gaza y uno de los principales dirigentes de la organización.
Bardauil considera que las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina no desembocarán en ninguna solución práctica. "Todo el mundo ve lo que está ocurriendo", dice, "las negociaciones patrocinadas por Estados Unidos permiten a Israel hacer su voluntad y solo conducen a que los palestinos sigan renunciando a sus aspiraciones y su territorio. Son la fórmula perfecta para generar más frustración y más desesperanza".
Los islamistas aceptan un Estado de Israel en las fronteras de 1967
La gran pregunta es si es viable un acuerdo sin que lo respalde Hamás
Hamás, según sus estatutos fundacionales, no reconoce a Israel el derecho a la existencia. Palestina, según esos estatutos, se extiende desde el Jordán hasta el Mediterráneo. Bardauil señala, sin embargo, que "el diálogo siempre es posible". "Estamos dispuestos a aceptar, aunque no reconocer, y preferiría no entrar en discusiones terminológicas, un Estado de Israel dentro de las fronteras previas a 1967", afirma. Bardauil también reconoce que "Israel está suavizando el bloqueo sobre Gaza", pero subraya que "el peor bloqueo es la propia ocupación".
Uno de los problemas básicos de las negociaciones entre la Autoridad Palestina, dirigida por Fatah y otros grupos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), e Israel, consiste en la marginación de Hamás, la fuerza mayoritaria según las últimas elecciones. La organización islamista se ha opuesto a ese diálogo con acciones terroristas en Cisjordania. La gran pregunta es si sería viable un hipotético acuerdo entre Benjamín Netanyahu y Mahmud Abbas, sucesor de Yasir Arafat y presidente de la Autoridad Palestina, sin el respaldo de Hamás.
El Gobierno israelí se ha planteado repetidamente en los últimos tiempos la posibilidad de abrir una negociación más o menos formal con Hamás. En una entrevista con Dan Meridor, viceprimer ministro israelí, este reconoce que cuando se establecieron los primeros contactos con Yasir Arafat y la OLP, hace dos décadas, los inconvenientes desde el punto de vista de Israel eran los mismos: "La OLP practicaba el terrorismo y no reconocía a Israel el derecho a existir". Matiza, sin embargo, que Hamás, "a diferencia de la OLP, es una organización religiosa fundamentalista, y eso la hace inflexible".
Meridor explica que, en cualquier caso, el inconveniente básico es otro: "Si hablamos con Hamás, destruimos la OLP, así de simple. Ambas organizaciones son por el momento enemigas y no podemos tratar con ambas. En las actuales circunstancias, preferimos mantener un interlocutor [Mahmud Abbas, líder de la Autoridad Palestina, de la OLP y de Fatah] que conocemos y que ha dado pruebas de seriedad, a apostar por una vía alternativa que no ofrece buenas perspectivas".
Bardauil, por su parte, garantiza que Hamás "hace lo posible por evitar que se lancen cohetes desde Gaza hacia el territorio israelí". "Ha habido lanzamientos últimamente, ejecutados por Yihad Islámica, pero estamos consiguiendo frenar esos ataques porque no nos interesan, solo conducen a más represalias israelíes y más sufrimiento de nuestra gente. Estamos a favor de la resistencia, pacífica o armada", declara, "pero lo esencial ahora es mantener algo parecido a una tregua".
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