El Gobierno español tranquiliza a las familias de Vilalta y Pascual

Albert e Inma, el padre de Albert Vilalta y la esposa de Roque Pascual -los dos rehenes españoles- recibieron el jueves una llamada de la secretaria de Estado de Cooperación española, Soraya Rodríguez, a una hora inhabitual.

Rodríguez fue encargada en diciembre por el Gobierno español de mantener el contacto con las familias de los cautivos de Al Qaeda en el norte de Malí, pero sus llamadas, casi diarias, suelen ser por la noche.

Anteayer les llamó mucho antes para anunciarles que Francia había desencadenado una operación militar para tratar de salvar a su rehén, Michel Germaneau. Quería evitar que se enterasen de la noticia a través de la prensa.

De paso, Rodríguez les tranquilizó. Insistió en que el asalto se llevaba a cabo lejos del lugar en el que se hallan presos sus dos familiares que están, además, les recordó, en poder de otro caudillo de Al Qaeda en el Sahel.

El Gobierno español no tenía tampoco mucha información sobre lo que estaba sucediendo en Malí. París le puso al corriente de sus intenciones, pero no le consultó ni le precisó cuándo y cómo iba a actuar.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, rehusó ayer comentar la fallida operación militar franco-mauritana. Insistió, no obstante, en que los voluntarios de la ONG Barcelona Acció Solidària "se encuentran bien" y en que sus secuestradores "no son los mismos" que los del francés Germaneau.

Aun así el Ejecutivo español teme que el ataque del jueves complique aún más una negociación ya de por sí difícil tendente a obtener la liberación de Vilalta y Pascual. El próximo jueves hará ocho meses que fueron secuestrados.

"Deseamos que los salafistas entiendan bien que España no ha tomado parte en esta operación", insistía José Ramón Jiménez, portavoz de la ONG barcelonesa. De lo contrario, se temía, lo sucedido "podría echar por tierra la posible evolución positiva de las gestiones para liberarles".