Piedras en el camino
Hay películas que nacen con mal pie o que se topan con piedras en el camino. Io, don Giovanni, de Carlos Saura, es una de ellas. Se trata de un proyecto ambicioso e imaginativo, en la línea de algunos recientes trabajos del director, que él llama ensayos, en los que el proceso de creación se transforma en la creación misma. En este caso, la relación entre Mozart y el libretista Da Ponte durante el tiempo en que elaboran la ópera del título, da pie a Saura a reflexionar sobre ese proceso y experimentar de camino con la imagen, la luz (de Vittorio Storaro), y la música (no solo de Mozart), añadiendo buen humor y ganas de disfrutar de la vida (es casi una oda al goce de la carne).
El rodaje de la película quedó interrumpido durante más de un año por problemas financieros, más tarde resueltos con la coproducción italiana. Se mantuvo en silencio durante otro largo tiempo, y ahora, cuando por fin se ha estrenado en España, lo ha hecho en condiciones realmente precarias. En Madrid y Zaragoza, con una sola copia por ciudad, y en Barcelona, para más inri, en vídeo Betacam; en otras ciudades, aún peor, simplemente en DVD. En estas condiciones técnicas no puede disfrutarse de la fotografía ni de los hallazgos sonoros con las calidades con que se creó la película. Puestos a prescindir del celuloide, ¿por qué no colgar la película directamente en Internet y que previo pago pueda ser vista desde cualquier lugar de la geografía española? Sería incongruente que los distribuidores que la están proyectando de tan lamentable manera lo consideraran competencia desleal. Al menos, así podrían conocerla cuantos tienen interés por la arriesgada y vital trayectoria de Saura, y que hayan sabido desoír algunas críticas que con frívola premura han puesto a parir este interesante Io, don Giovanni.
Hay muchos lugares de España a los que no llegan las películas que se estrenan en las grandes ciudades; hay otros, la mayoría, en que ni siquiera hay salas de cine... ¿No ha llegado el momento de dar el salto? Si Io, don Giovanni se estrena con tanta desgana en los cines, ¿por qué no se permite que la pueda ver todo el mundo en su casa?
Babelia
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