La primera crisis del euro
Todas las miradas, sobre España. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunieron ayer en Bruselas en una cumbre -la última del semestre de presidencia española- marcada por los rumores sobre la fragilidad de las cuentas públicas españolas, la presión sobre su deuda y su sistema financiero y las dudas acerca de que sea suficiente el drástico plan de recortes aprobado por el Congreso y la reforma laboral prácticamente salida del horno.
"Debo felicitar [a José Luis Rodríguez Zapatero] por las medidas que su Gobierno ha adoptado en los últimos días" para recortar el déficit público y reformar el mercado de trabajo, declaró ayer Herman van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, al dar cuenta del resultado de la reunión de los dirigentes comunitarios en Bruselas.
El Consejo Europeo dio ayer dos pasos históricos hacia el Gobierno económico de la Unión. Por una parte, acordó establecer sanciones a los infractores del Pacto de Estabilidad y criterios comunes para la elaboración de los presupuestos de los Veintisiete. Por otra, decidió imponer una tasa a la banca para que los contribuyentes no tengan que pagar las próximas crisis financieras.
El Gobierno se mostró ayer convencido de que el Tesoro no tendrá que recurrir a emisiones extraordinarias para hacer frente a los compromisos de pago del próximo mes de julio, aseguraron fuentes del Ministerio de Economía consultadas por Reuters. El próximo mes, el Tesoro tendrá que hacer frente a vencimientos de la deuda por valor de 24.000 millones entre letras, bonos y obligaciones.
La sostenibilidad del Estado de bienestar
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OPINIÓNARTURO AZCORRA