Cerrada la pesca de atún rojo al cubrirse el cupo antes de plazo
La Comisión Europea cerró ayer la pesquería de atún rojo en el Mediterráneo al cubrirse el cupo en unos días (aunque la temporada abrió a mitad de mayo, los túnidos no llegaron a las redes hasta la semana pasada). La noticia es buena o mala, según se mire. Los pescadores afirman que eso demuestra que hay mucho atún y que el plan de recuperación funciona. Los ecologistas opinan lo contrario: que la flota está sobredimensionada, que hay demasiados barcos y que por eso en muy pocos días se cubre el cupo. Con el atún rojo, manjar de Barbate a Tokio, todo son extremos.
El sábado pasado un cerquero consiguió al sur de Malta por primera vez rodear un banco de atún rojo. Hasta entonces, el agua había estado demasiado fría y los ejemplares no se juntaban a reproducirse. Pero en solo unos días cambió todo.
El martes por la noche, España ordenó el regreso a puerto de sus cerqueros al considerar que estaban a punto de cumplir su cupo en el caladero Balear. Ayer, Bruselas cerró la pesquería para Europa.
Juan Serrano, director general del grupo Balfegó, que tiene cuatro de los seis barcos españoles, afirmó: "El tiempo récord en el que hemos cumplido nuestra cuota puede ser un indicador para demostrar que los planes de recuperación del atún rojo dan resultados".
Los atunes son capturados con redes de cerco de 1.800 metros. De allí son trasladados a jaulas y remolcados muy lentamente hacia puerto. Los pescadores temen que Greenpeace, que ya intentó reventar un cerco en aguas internacionales al sur de Malta, acose ahora a los remolcadores. "El atún rojo se encuentra al borde del colapso y la pesquería debería estar cerrada", opina la organización.
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