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El mayor ajuste de la democracia

Las medidas de austeridad lastrarán el crecimiento y el empleo hasta 2013

Las nuevas previsiones del Gobierno suponen casi 100.000 parados más este año - Los Presupuestos de 2011 arrancan con un recorte del gasto del 7,7%

Lucía Abellán

La senda de recortes emprendida por el Ejecutivo para atajar el déficit dejará importantes cicatrices en el crecimiento y el empleo de los próximos años. La vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, presentó ayer al Consejo de Ministros unas previsiones económicas más pesimistas que las existentes antes de elaborar el drástico plan de ajuste aprobado esta semana en el Congreso. Ese proyecto, el mayor ensayo de austeridad de la democracia, no sólo lastrará medio punto (hasta el 1,3%) el crecimiento de 2011, sino que ralentizará el de los ejercicios venideros.

La cara más dramática del menor crecimiento se mostrará en las cifras de paro. Los volúmenes -ya muy elevados- previstos para este año y los siguientes empeoran. En lugar del 19% esperado para 2010, la media quedará, según el nuevo pronóstico, en el 19,4%, lo que supone casi 100.000 parados más si se mantiene la población activa, pues la tasa de paro se expresa como porcentaje de la población con edad y disposición de trabajar. Más allá del impacto de los recortes, la revisión resultaba casi inevitable después de que el desempleo alcanzara el 20,05% en el primer trimestre.

Los ministerios verán recortadas sus partidas un 15% el año próximo
Salgado confía en que los ingresos crezcan un 5% para reducir el déficit
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A partir del año próximo, el Ejecutivo cuenta con que la creación de empleo (de una manera muy débil en 2011 y más significativamente a partir de 2012) alivie esas cifras. En todo caso, al año de elecciones generales -previsiblemente 2012- se le asigna una tasa de paro del 17,5%. Si la población activa se mantuviera estable, eso supondría llegar a las urnas con algo más de cuatro millones de parados, una cifra que hará difícil dar por concluido el periodo de apuros económicos.

En lo que respecta al año próximo, las estrecheces se traducirán en nuevos recortes. El Gobierno pretende gastar un 7,7% menos de lo presupuestado para 2010, según el informe presentado ayer por Salgado al Consejo de Ministros. Ese porcentaje incluye las medidas ya detalladas por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y otras por concretar. Así el techo de gasto, la primera piedra para elaborar los Presupuestos, se sitúa en 122.256 millones de euros, descontadas las cantidades que perciben comunidades y ayuntamientos.

La reducción resulta menos abultada si se comparan los recortes previstos para 2011 con el gasto final que se produzca en 2010, bastante inferior al presupuestado inicialmente. Las cifras proporcionada por Economía no permiten esa comparación homogénea, más representativa del esfuerzo adicional que se realizará en 2011 respecto de este año, en el que ya ha habido varios ejercicios de austeridad. A grandes rasgos, si se tienen en cuenta los dos grandes recortes acometidos hasta ahora, la bajada adicional de 2011 rondará el 3%.

La carestía de recursos afectará especialmente a los ministerios. En la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, Salgado explicó que, si se excluye el pago de intereses de la deuda -subirá por el mayor volumen previsto-, los gastos caen el 10%. Y si solo se tienen en cuenta las partidas ministeriales (sin contar las prestaciones por desempleo, que absorberán una cantidad similar a la de 2010), el recorte rondará el 15%. Con esos porcentajes, Salgado quiso trasladar un mensaje de austeridad que se concretará cuando se presenten los Presupuestos de 2011, a finales de septiembre.

Ese gasto generará un déficit equivalente al 2,3% del PIB, menos de la mitad de lo que se espera para este año. A la rápida rebaja contribuye en buena medida la devolución del dinero que las comunidades deben a la Administración central por haber recibido más de lo que les correspondía en 2008 y 2009. Las entregas periódicas a las comunidades en esos años se realizaron teniendo en cuenta unas previsiones de ingresos muy superiores a las que finalmente resultaron. Con los magros ingresos reales, las cantidades transferidas habrían sido muy inferiores. En consecuencia, a las comunidades les toca devolver 6.000 millones de euros correspondientes a 2008 y una cifra superior por 2009. Sobre el papel, el Estado debería recibir el grueso en 2011 (Economía asegura que constituye buena parte de los 21.188 millones de ingresos que se anotan como ajustes de contabilidad nacional para 2011). Y aunque no los ingrese en ese ejercicio (las comunidades tienen cinco años para pagar), con las reglas de contabilidad nacional el Estado los registra en 2011.

Para no incurrir en mayores desequilibrios, el Ejecutivo confía en que los ingresos crezcan el 5%, aunque de nuevo la información proporcionada no permite sacar esa conclusión. Porque los ingresos de los que dispondrá el Estado (104.539 millones) excluyen las cantidades destinadas a las comunidades en el nuevo sistema de financiación autonómica. El año pasado, con los Presupuestos todavía amparados en el antiguo modelo, la Administración central disponía de más ingresos porque la cuota de las comunidades era inferior, por tanto los datos no resultan comparables.

La mejora del 5%, según explicó la vicepresidenta tras la conferencia de prensa, refleja la mayor recaudación que se espera por el aumento del IVA (este año sólo ha afectado a la mitad del año, por lo que el efecto en 2011 será superior), pero no están estimadas eventuales mejoras de ingresos por nuevos tributos.

La ministra Elena Salgado, ayer durante la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros.
La ministra Elena Salgado, ayer durante la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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