Salud rebaja la financiación de los hospitales concertados el 3%

No habrá margen para la negociación y el Servicio Catalán de la Salud (SCS) va a imponer una rebaja del 3% a todos los convenios sanitarios que tiene suscritos con los centros hospitalarios concertados, que suponen el 70% de la oferta del sistema sanitario en Cataluña. Serán las patronales del sector las que decidirán si trasladan este recorte exclusivamente a la nómina de sus empleados -cerca de 60.000- o también afectará a otros servicios sanitarios. Sin embargo, la Generalitat ya les ha advertido de que espera una rebaja de los salarios similar a la que asumirán los funcionarios.

La Generalitat cree que el decreto del Gobierno central sobre medidas anticrisis, que establece un descenso del 5% del sueldo de los funcionarios, también incluye al personal laboral público de los hospitales concertados. Pero como estos trabajadores tienen convenios laborales propios, el Departamento de Salud carece de competencias sobre ellos y, por tanto, no puede obligarles a aplicar un impopular recorte de los sueldos. Por este motivo, ha optado por rebajar la cuantía de los convenios de financiación con los centros hospitalarios, que se fijan en función del número de trabajadores y pacientes atendidos, y conminarles a que trasladen esta medida al capítulo de personal. "Los concertados tendrán un margen muy amplio para repartir este 3%, pero ya lo pactarán en la mesa de negociación colectiva", señalaron fuentes del SCS.

La Generalitat aplaza hasta junio el pago de otros 110 millones de euros

La patronal exige al departamento que también "se apriete el cinturón"

Aunque el propio departamento subraya que la negociación será nula -"las cosas están como están", señalan-, lo cierto es que la Generalitat ha suavizado con los días sus posiciones iniciales. Si al principio el ajuste era superior, del 3,6%, al final el decreto que hoy tiene previsto aprobar el Gobierno fijará solo un 3%.

Tanto el Consorcio Hospitalario como la Unión Catalana de Hospitales -que agrupan a la casi totalidad de centros concertados- han puesto el grito en el cielo, pero aceptarán, aunque sea a regañadientes, estas duras medidas. Ambas asociaciones consideran que existen otras vías menos dañinas para rebajar el gasto sanitario y exigen al Instituto Catalán de la Salud, que gestiona los ocho principales hospitales, que también se apriete el cinturón y que asuma su parte del ajuste.

"Aquí las medidas hay que descargarlas sobre todos, no exclusivamente sobre nosotros, y encima recortando las nóminas de todo el personal, cuando llevamos más de dos años con un convenio prologado", respondieron desde la Unión Catalana de Hospitales. "No estamos dispuestos a crear un subgrupo de personal a cuyos miembros que se les trata como funcionarios a la hora de rebajar sueldos pero no lo son", agregaron desde el Consorcio Sanitario.

Y es que el decreto gubernamental surge en uno de los momentos más complicados para los hospitales concertados. El convenio caducó en diciembre de 2008 y permanece congelado desde entonces porque ni patronal ni sindicatos se han puesto de acuerdo sobre su renovación. Si ahora, encima, se plantea un recorte de nóminas del 5%, el conflicto laboral está más que asegurado. A pesar de ello, tanto el Consorcio Hospitalario como la Unión Catalana de Hospitales creen que estas estrecheces presupuestarias no repercutirán en la calidad del servicio que prestan y cumplirán los objetivos asistenciales que les marca Salud.

No obstante, la caja de los hospitales concertados puede empezar a vaciarse dentro de unas semanas. El Departamento de Finanzas ha comunicado a ambas patronales que también su caja empieza a flaquear y que la mensualidad de mayo de los convenios no llegará hasta finales de junio, en un mes en que los hospitales deben afrontar el abono de la paga extraordinaria. Y la cifra no es nada despreciable: cerca de 110 millones de euros. "Esto nos va a provocar un grave problema de tesorería", comentaron fuentes de la Unión de Hospitales.

Por su parte, el sindicato Comisiones Obreras alertó de que la bajada de los sueldos de los trabajadores sanitarios provocará un incremento de las listas de espera y empeorará la calidad del servicio.