La mirada de los otros
Las tendencias de globalización de la cultura de nuestro tiempo alcanzan de lleno a la creación operística. Un escaparate tan representativo como la Bienal de Múnich, el festival de nuevo teatro musical que coordina Peter Rucizka, director artístico del Festival de Salzburgo de 2002 a 2006 después de la década de Gérard Mortier, da muchas pistas de por donde van los tiros en este sector.
De Amazonas, una superproducción con autores de Alemania y Brasil, se llevaba varios años hablando en los círculos operísticos. El espectáculo consta de tres partes. La primera, del compositor alemán Klaus Schedl, toma como punto de partida la expedición de Walter Raleigh de finales del XVI por el "bello imperio de Guiana", lo que los españoles conocían por El Dorado y los indígenas por Manoa. Tres intérpretes, en vivo y a través de imágenes proyectadas en varias pantallas, van narrando lo que aconteció, con el apoyo de un grupo instrumental y varias cintas grabadas con sonidos inspirados en la selva. La segunda parte, del compositor brasileño Tato Taborda, consta de una escena puramente narrativa en la que se cuenta la utilización irracional de la naturaleza por parte del hombre, los peligros que ello conlleva y otra serie de lugares comunes. La tercera parte, en un espacio más convencional, tiene una primera mitad tecnológica acústicamente a cargo del ZKM de Karlsruhe, con juegos geométricos de luces y colores en un escenario dominado por la abstracción. El discurso está lleno de tópicos, aún manejando verdades como puños, y tiene un tufillo un punto demagógico. ¿Ha valido la pena un esfuerzo tan descomunal? Pienso que no. Hay momentos brillantes, pero son escasos. La obra abusa de la palabra en detrimento de la música y el cambio de estilos no acaba de encajar. Las buenas intenciones no siempre son suficientes.
XII BIENAL DE NUEVO TEATRO MUSICAL DE MÚNICH
Amazonas, de varios autores.
Die Quelle, de Lin Wang con libreto de Can Xue.
En contraste, Die Quelle, con libreto de la escritora china Can Xue, es un espectáculo menos sorprendente pero más gratificante. Los ecos de la música china son más que evidentes, la trama teatral tiene un tono de teatro de maravillas y participan cantantes a los que se puede clasificar con la terminología convencional: sopranos, tenores, contratenores, bajos. Es un espectáculo que, sin mayores pretensiones, entretiene.
Babelia
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