Señor académico, tengo una pregunta para usted
La RAE presenta el 'Manual de la nueva gramática' con estudiantes
Subido a un microbús color "melocotón gramática", un grupo de académicos españoles y latinoamericanos cubrió ayer la distancia entre Madrid y Salamanca para presentar el Manual de la nueva gramática de la lengua española, cuya versión extensa se publicó en diciembre pasado. En el paraninfo les esperaba un puñado entusiasta de universitarios encargados de someterles a un tercer grado de guante blanco. Antes hubo tiempo para que Ignacio Bosque, ponente de la obra, recordara el objetivo de la versión manual: "Simplificar los contenidos sin devaluarlos ni trivializarlos". Si la versión de referencia ocupa dos tomos y 4.000 páginas y cuesta 120 euros, el Manual cabe en un tomo de tapa blanda de 1.000 páginas que cuesta 24,90 euros.
A la espera de que en los próximos meses aparezca la Gramática básica -"La que todos llevaremos en el bolsillo", según García de la Concha-, ayer era el turno del Manual. En Salamanca, Julio Borrego Nieto, encargado de su preparación junto a la profesora argentina Ángela di Tullio, resumió "en tres minutos, siete años de trabajo". Tres cosas tenía que conservar y otras tres que cambiar respecto a la versión de referencia. La nueva debía mantener la disposición de los capítulos, su intención normativa y su carácter panhispánico. Los tres elementos que debían cambiar eran que el Manual debía ser menos técnico, más breve y más didáctico.
Turno de los estudiantes. Ante la pregunta de si tanto había evolucionado el idioma que era necesaria una nueva gramática, Bosque subrayó la novedad de su panhispanismo y añadió: "En estos 80 años no es que haya cambiado la lingüística contemporánea, es que se ha hecho la lingüística contemporánea". Los corpus digitales, Internet y el correo electrónico dieron el empujón definitivo.
¿Puede ese empujón terminar siendo mortal? ¿Son los SMS un riesgo para el idioma? "¡Esa lleva dinamita!", dijo el director de la RAE. El secretario de la institución desactivó la bomba: "No hay que caer en el catastrofismo. Recordemos que ya en el Fedro de Platón se dice que la aparición del alfabeto iba a terminar con la memoria. En los manuscritos medievales hay tantas abreviaturas como en los SMS. Y por la misma razón: doble economía de tiempo y dinero. Todavía mis alumnos no me han hecho ningún examen en abreviaturas. Es cuestión de formación. Por eso es tan importante que el sistema educativo reconozca a la lengua la importancia que tiene".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.