Salón del cómic... y de las dudas
El Salón de Barcelona, la cita más importante del cómic en nuestro país y una de las más importantes del mundo, llega este año con muchas incógnitas. La primera, y más importante, hasta qué punto la crisis ha impactado en la industria del tebeo. Hay un discurso asumido que afirma que el libro ha sido relativamente poco afectado por la galopante crisis y que el cómic se contagiaría de esta relativa inmunidad. Una hipótesis difícil de evaluar ante el tradicional secretismo sobre datos de ventas y tiradas en el que se mueve el cómic español, pero que queda en entredicho ante la evidencia del espectacular descenso de novedades que ha habido durante 2009 y 2010, reflejada en este salón en casi un 30% de disminución respecto a las que se vieron el año pasado. Un dato que por si sólo no es concluyente, pero que puede disparar todo tipo de especulaciones.
A esa primera hay que añadir la segunda gran incógnita de esta cita barcelonesa: la llegada del cómic digital. La creación de plataformas de distribución y venta de cómics digitales genera tantas dudas como temores y puede llegar a ser, casi con toda seguridad, una de las noticias estrella del Salón, eclipsando a autores y obras que deberían ser los verdaderos protagonistas de estos días en Barcelona.
Son preguntas que, por lo menos para los organizadores del Salón, tienen una respuesta clara: diversificación y ampliación de la oferta en un intento lógico de atraer al mayor público posible. Este año el cómic se codeará en el recinto de la Fira de la capital catalana con la música y el cine, aprovechando el indudable efecto de arrastre de las superproducciones hollywoodienses como Iron Man 2 o El equipo A. Una mano abierta a la comercialidad que tiene que lograr equilibrarse con la tradicional oferta cultural del salón, que este año tendrá exposiciones de lujo como las dedicadas a la música, a Vázquez, al Príncipe Valiente o a Corto Maltés, además de las tradicionales protagonizadas por los ganadores de los premios del Salón del año pasado, entre ellos la dibujante Ana Miralles y la obra de Bartolomé Seguí y Felipe Hernández Cava, Las serpientes ciegas. Aunque, como es habitual, serán los autores invitados los que acapararán la atención de los aficionados: la presencia en Barcelona del dibujante francés Jacques Tardi será una de las grandes atracciones, sin olvidar la de leyendas como Moebius, Tanino Liberatore o Gilbert Shelton y de autores más jóvenes pero ya respetados como Lewis Trondheim, Bastien Vivés, Andy Diggle, Gene Ha o Jeff Smith, que se unirán a la práctica totalidad de autores españoles que estarán en el Salón.
Será precisamente ese público, que previsiblemente llenará hasta el último metro cuadrado del recinto, el que tendrá que dar la verdadera respuesta a todas las dudas planteadas...
