El plan griego recortará el gasto en 30.000 millones
El ajuste previsto por el Gobierno de Papandreu para los próximos tres años se ceba con funcionarios y pensionistas
Hace poco más de una semana, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, se dirigió a sus compatriotas. Desde una paradisíaca isla del Egeo, en un discurso lleno de referencias a La Odisea, les describió la trágica situación por la que atraviesa Grecia y el doloroso camino que tendrían que recorrer para llegar a Ítaca. Ayer, volvió a hablarles. Esta vez sus palabras recordaban más a Churchill y su "sangre, sudor y lágrimas" que a Homero. Les anunció que su Gobierno había alcanzado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) para que dieran luz verde al plan de rescate que debería dar oxígeno a sus necesitadas cuentas públicas. Pero les advirtió que esto no iba a ser gratis. Y que el precio requería de "grandes sacrificios".
Las palabras de Papandreu llegaron en la reunión del Consejo de Ministros que aprobó el acuerdo con el FMI y las condiciones que Grecia tiene que asumir. Los detalles de esas condiciones esconden un verdadero diablo que, como admitió Papandreu se ceba, sobre todo, con pensionistas y funcionarios. Tenía una justificación: "El hombre enfermo es el sector público y cuanto antes se cambie, más rápido se cambiará nuestra economía", proclamó.
Para que llegue ese cambio, Grecia tendrá que recortar en 30.000 millones de euros el gasto público en los próximos tres años. Pero la factura no saldrá gratis. La reducción del gasto público restará a la economía griega un 4% de su tamaño en 2010, el doble de lo previsto inicialmente. Al año que viene proseguirá la contracción (2,6%). Y habrá que esperar hasta 2012 para ver como crece la economía helénica. Siempre que se cumplan tanto las condiciones y las previsiones de un plan que trata de evitar a toda costa que Grecia caiga en bancarrota, lo que Papandreu definió ayer como "línea roja para la nación". Éstos son los detalles del plan:
- 3% de déficit. Saber que el anterior Gobierno había mentido respecto al déficit desató la crisis fiscal griega. Hace poco más de una semana se supo finalmente a cuanto ascendió el déficit el año pasado: al 13,6% del producto interior bruto. Los deberes que el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea imponen a Grecia le marcan llegar al 2,6% de déficit en 2014. El camino para llegar a este objetivo será progresivo. Así, ya este año, los números rojos deberán limitarse al 8,1%.
- Reducción de salarios públicos. Quienes más directamente van a notar el tijeretazo en el gasto público serán los funcionarios. A los que cobren más de 3.000 euros mensuales se les eliminarán dos pagas extras. El objetivo es reducir en un 16% los salarios. Al mismo tiempo, los sueldos de todos los empleados públicos quedarán congelados los próximos tres años. También se paralizarán las contrataciones de funcionarios.
- Recorte de pensiones. Los pensionistas serán el otro gran colectivo afectado por el plan de ajuste. Como los funcionarios, los jubilados griegos con más ingresos (más de 2.500 euros) perderán dos pagas extras. El resto verá congelada su paga en los próximos tres años.
Además, el Gobierno de Papandreu reformará el sistema público de pensiones para reducir las pensiones futuras. La primera medida buscará aumentar la edad legal de jubilación, que ahora se sitúa en 65 años para hombres y 60 para mujeres. Para ello, se vinculará el momento de la jubilación al aumento de la esperanza de vida, lo que inevitablemente traerá un retraso en la edad del retiro.
También se establecerá en 60 años la edad mínima para alcanzar la jubilación anticipada. Entre los cambios, también se contempla un aumento del periodo de cómputo para calcular la cuantía final de la pensión, que pasará a ser de toda la vida laboral. Por último, se aumentará gradualmente -hasta 2015- el número de años cotizados de 37 a 40 para recibir el 100% de la pensión (en España, esa cifra se sitúa ahora en 35 años).
- Reordenación administrativa. Para ahorrar en costes administrativos, el plan de ajuste contempla un recorte drástico del número de municipios y de entidades locales, que se reducirá de 1.300 a 340.
- Aumento de la presión fiscal. Además de recortar gastos, el Ejecutivo del socialista Papandreu también tratará de aumentar sus ingresos a través de una nueva subida de impuestos. Ya en marzo, el IVA subió del 19% al 21%. Según lo conocido ayer, habrá un nuevo incremento hasta el 23%. Subirán asimismo en un 10% los impuestos especiales sobre el tabaco, el alcohol y los combustibles. También figura en los planes del Gobierno crear nuevas tasas que recaerán sobre las empresas con grandes beneficios, los productos de lujo y las construcciones ilegales.
- Privatizaciones. La otra vía para conseguir ingresos que ha abierto el Gobierno de Papandreu es la venta de empresas públicas o semipúblicas.
- Reforma laboral. Junto con las medidas destinadas a reconducir las cuentas públicas, el Gobierno griego acometerá cambios en la normativa laboral para intentar contener el paro, que Eurostat situaba el pasado marzo en el 13,2%. Con ese fin se eliminará la prohibición de despedir a más de un 2% de la plantilla de las empresas en un mes y se rebajará la indemnización. Además, se creará un nuevo salario mínimo para jóvenes y parados de larga duración. También se eliminarán las barreras gremiales para el ejercicio de determinadas profesiones como la de taxista.
- Apoyo a la banca. Para el sector financiero, los sacrificios no serán los mismos. El Estado inyectará 17.000 millones de liquidez a la banca, y con el consejo del FMI, Bruselas y el Banco Central Europea, creará un fondo para evitar ataques especulativos sobre las acciones bursátiles de las entidades.
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