Montilla y Zapatero escenifican su acercamiento para afrontar la campaña

La inauguración del sincrotrón Alba en Cerdanyola del Vallès permitió ayer a José Luis Rodríguez Zapatero y a José Montilla exhibir una imagen de unidad invisible desde hace meses entre ambos gobernantes, un gesto que cobra importancia a escasos seis meses para las elecciones catalanas. Antes de la inauguración, el presidente de la Generalitat invitó a almorzar al jefe del Ejecutivo central. El escenario escogido ya indica que Montilla quería dar a la visita el máximo rango posible. El encuentro no se celebró el Palau de la Generalitat, sino en el de Pedralbes, habitualmente reservado a las grandes recepciones.

Del encuentro, de más de una hora y media, no trascendió más que lo que decidieron filtrar los colaboradores de ambos presidentes, que coincidieron en calificarlo de "cordial" y alejado de las tensiones vividas durante la negociación de la nueva financiación de la Generalitat el año pasado. Ahora toca abrir una nueva etapa de colaboración para sortear los malos augurios de las encuestas y revalidar en Cataluña un gobierno de progreso. En una conversación informal con periodistas tras la inauguración de Cerdanyola, Zapatero mostró su confianza de que las cosas le irán "bien" a Montilla y al PSC.

El encuentro sirvió para hablar del temporal de nieve del pasado 8 de marzo y de la crisis económica. Sobre lo primero, Montilla pidió a Zapatero que piense en una reforma legislativa que otorgue a la Generalitat más fuerza sobre las eléctricas y garantizar así que pongan al día su red.

En referencia a la crisis, que los socialistas catalanes ven como principal obstáculo con vistas a las elecciones de otoño, Montilla también reclamó que el incremento del IVA sirva para mantener a largo plazo la ayuda de 420 euros a los parados sin prestación.Montilla también aprovechó para pedir a Zapatero un impulso al corredor del Mediterráneo. Con el almuerzo y la posterior inauguración, Zapatero rompió un paréntesis de nueve meses sin poner los pies en Cataluña. El Partit dels Socialistes espera recuperar la figura del presidente para las elecciones catalanas y el acto de ayer, aunque institucional, fue un ensayo. De hecho, Zapatero aprovechó la inauguración para sacar brillo a su obra en Cataluña en un discurso en el que tuvieron cabido desde las inversiones en la red de Cercanías, el AVE y el aeropuerto hasta las ayudas para fomentar la investigación.

El broche a la visita lo puso una entrevista en hora de máxima audiencia en TV-3. La charla sirvió para comprobar que casi cuatro años después de la aprobación del Estatuto y con la sentencia del Tribunal Constitucional todavía pendiente, el presidente del Gobierno ya no tiene tan claro que el texto sea constitucional del primer al último artículo. Zapatero aseguró anoche: "la mayor parte de pronunciamientos del Estatuto son constitucionales". Sin aclarar qué artículos podrían vulnerar la Constitución, Zapatero sí afirmó que prefiere para Cataluña la definición de "nacionalidad" o "comunidad autónoma" a la de "nación" que aparece en el preámbulo de la carta autonómica.

En la entrevista, Zapatero también defendió que el incremento del IVA será "asumible" para los ciudadanos porque en julio la economía estará ya "en la senda de la recuperación". Se despidió de la audiencia catalana elogiando la "seriedad" de Montilla -para quien pidió la reválida- y la "humildad" de Leo Messi.