Bachelet reconoce que Chile necesitará ayuda internacional
El Gobierno aún ignora la situación en que se encuentran algunas zonas rurales
La reconstrucción de las zonas de Chile destruidas por el seísmo y el maremoto del sábado pasado se demorará todo el mandato del próximo Gobierno (cuatro años), o al menos tres años, y para encarar la recuperación el país requerirá de créditos internacionales, afirmó ayer la presidenta en funciones, Michelle Bachelet.
Paulatinamente, comienzan a predominar en la televisión chilena las imágenes de caravanas de camiones, puentes aéreos y barcazas llegando con alimentos y ayuda a las regiones afectadas por la catástrofe, que abarcó la región más poblada del país, donde reside el 80% de los habitantes. Bachelet visitó ayer tres centros de almacenamiento de ayuda y estuvo en Concepción, la mayor de las ciudades afectadas por el seísmo.
Piñera designa a las nuevas autoridades que dirigirán las tareas de rescate
Las evaluaciones internacionales elevan a 30.000 millones de dólares (unos 22.000 millones de euros) los recursos que demandará la reconstrucción del país. Pero todavía falta información, ya que hay lugares a los que la ayuda aún no ha llegado.
"La información detallada sólo la tenemos sobre las ciudades grandes y sobre algunas localidades", dijo Bachelet. "Mi percepción es que hay zonas rurales donde está todo por el suelo y las necesidades serán de una magnitud enorme. Sin duda, Chile va a necesitar algunos créditos internacionales", agregó.
Bachelet sostiene que se ha sorprendido al leer en la prensa que no quería ayuda internacional. Señala que era necesario hacer primero un diagnóstico de lo que se requería en el país. "No necesitamos llenarnos de una serie de elementos que aquí ya hay (...), lo que necesitamos es lo que no hay en cantidad suficiente".
Pero determinar estas necesidades fue complejo. Las comunicaciones y la coordinación fallaron. Las redes de telefonía fija y móvil dejaron de funcionar. Casi ninguna autoridad disponía de teléfono vía satélite. El intendente (alcalde) de Concepción, Jaime Tohá, aseguró que durante los dos primeros días tras el terremoto estuvo casi incomunicado con el Gobierno central.
La austeridad casi espartana del Estado chileno actuó en contra de la situación de emergencia. La compañía Telefónica -filial de su homóloga española- entregó ayer en préstamo 160 teléfonos vía satélite al Gobierno. Chile ha pedido también a la comunidad internacional hospitales de campaña, grupos electrógenos y sistemas de purificación de agua, así como equipos de rescate para localizar a posibles supervivientes.
El presidente electo, Sebastián Piñera, designó ayer a las autoridades que se pondrán al frente en cada región afectada por el terremoto al frente de las tareas de salvamento. Piñera sostuvo que su Gobierno no será "el del terremoto" sino "el de la reconstrucción". El nuevo presidente aseguró que su Gabinete abordará por etapas la situación de emergencia, con el objetivo de localizar a las personas desaparecidas, restablecer el orden y los servicios básicos y poner el aparato productivo nuevamente en marcha.
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