Fernández culpa a la prensa de 'crear' la crisis económica

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró ayer que existe una Argentina virtual, creada por los medios de comunicación, en la que crece la inflación y el paro, y otra Argentina, real, en la que la situación económica es satisfactoria y en la que el Gobierno tiene que hacer frente a jueces corruptos que "están más atentos a la portada de Clarín que a la del Código Penal". Ésta fue la base del discurso de apertura del Congreso que pronunció ayer, y que pronostica una legislatura llena de conflictos. El kirchnerismo no tiene, por primera vez desde 2003, la mayoría parlamentaria, por lo que está obligado a buscar alianzas o a cortocircuitar las que pueda labrar una oposición hasta ahora bastante dividida.

Se trataba, sobre todo, de ver si la presidenta llegaba con el hacha de guerra o si se dirigía a la oposición con propuestas de negociación. Cristina Fernández navegó entre dos aguas. Ofreció un ramo de olivo envenenado al anunciar que había derogado el Decreto de Necesidad y Urgencia por el que se creaba el llamado Fondo del Bicentenario, encargado de hacer frente a pagos de deuda con reservas del Banco Central. El decreto había provocado un serio enfrentamiento con el presidente del banco, Martín Redrado, que se vio obligado a dimitir a finales de enero. Cristina Fernández no renunció sin embargo al uso de esas reservas (destinadas sólo a vencimientos en 2010, y no más allá), y no aclaró qué tipo de decreto sería sometido a la comisión bicameral que se encargará de controlar su manejo.

La presidenta utilizó un curioso sistema para sortear el choque directo con la oposición. El problema, vino a decir, no son sus demandas sino la existencia de una Argentina virtual, que identificó con la mediática y que es la que impide encontrar puntos de acuerdo. La presidenta, una excelente oradora que se dirige siempre al Parlamento sin un texto previo, hizo una defensa cerrada de lo logrado desde 2003, es decir, desde que asumió la presidencia su marido, Néstor Kirchner, presente en la sala como diputado justicialista. Buena parte del discurso buscó demostrar el crecimiento económico y las mejoras sociales registradas desde entonces, incluida la creación de 4,5 millones de puestos de trabajo. Incluso citó a este periódico: "Un diario tan poco sospechoso como EL PAÍS recogía este domingo que Argentina es quien más ha reducido su deuda en relación con su PIB".

Para la mayoría de la oposición el discurso presidencial no ayudó a replantear la inestable situación. "El país virtual del que habla es simplemente el país de las críticas", aseguró Pino Solana, del movimiento Proyecto Sur. "Ni tan siquiera ha hablado de la inflación", protestó el peronista disidente Felipe Solá. "Me gustaría saber si la inflación es un tema del país virtual o real", insistió el portavoz radical Gerardo Morales.

A la salida, los diputados hacían corros y vaticinaban una temporada políticamente muy difícil.