El "moderado optimismo" que los conselleiros de Facenda y Presidencia mostraban el pasado martes para llegar a un punto de acuerdo con el Gobierno se desvaneció ayer en la segunda de las reuniones para despejar el futuro de la Lei de Caixas.
El puerto de Ferrol colocó ayer el último cajón del muelle exterior de Caneliñas. Hicieron falta tres horas y 15 personas para acomodar este gigantesto bloque de hormigón de 65 metros y doce mil toneladas fabricado por el Kugira, la mayor hormigonera flotante de Europa.
Restauró retablos y altares para la trama corrupta que gestionó entre 2003 y 2009 la rehabilitación del arte sacro en Pontevedra y Ourense hasta que acabó arruinado, aburrido de esperar los pagos (en efectivo o en obra pública) prometidos el presunto cabecilla de la red, Carlos Gómez-Gil, ex restaurador de la Consellería de Cultura, que le adjudicaba los contratos.
El presidente del Gobierno tuvo tiempo de abordar el proceso de fusión de las cajas gallegas en el debate monográfico sobre la crisis económica, celebrado ayer en el Congreso. Y lo hizo para advertir, en clara alusión a la ley autonómica que aprobó el PP con el apoyo del BNG, que "son las cajas de ahorro las que promueven fusiones, nunca un gobierno".
La reforma de la Ley del Suelo que la semana próxima debatirá el pleno del Parlamento contempla una suerte de amnistía para las edificaciones sin licencia. Todas las existentes con anterioridad al 1 de enero de 2003 serán consideradas "fuera de ordenación", y por lo tanto legalizadas, siempre que sobre ellas no pese ninguna medida dirigida a la restauración de la legalidad urbanística.
DIANA MANDIÁ | Santiago
Los vecinos de Lérez reformarán el edificio que les fue incautado en la Guerra