Zapatero: "Cuando hablas con las familias de los secuestrados, sabes que su vida está en tus manos"
"La profesión de cooperante es quizá la más noble en este momento. Sois los mejores embajadores y diplomáticos que tiene España. Mejorando lo presente, claro", apostilló Zapatero, en alusión a su anfitrión, el embajador de España en Addis Abeba, Antonio Sánchez Benedito. La mayoría de los asistentes a la recepción ofrecida ayer a la colonia española en Etiopía eran cooperantes. Y en la mente de todos estaba la suerte de Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicía Gámez, que han cumplido ya dos meses en poder de Al Qaeda. Pero Zapatero no se refirió a ellos. Como tampoco lo hizo en su discurso ante la XIV Cumbre de la Unión Africana. El Gobierno cree que poner este asunto bajo los focos sólo puede perjudicar unas negociaciones que considera bien encarriladas.
Zapatero no pudo reunirse como quería con los presidentes de Mauritania y Mali, los dos países directamente implicados en el secuestro, pues ninguno de ellos acudió a la capital etíope; en parte por agenda doméstica y también por su malestar con el líder libio, Muammar El Gaddafi, que hasta última hora intentó retener la presidencia de la UA, que finalmente cedió al presidente de Malawi. Fue el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien se entrevistó con sus homólogos de Mali, Moctar Ouane, y de Mauritania, Naha Mint Mouknass. El primero aseguró que mantiene una colaboración "muy estrecha" con España para que la liberación de los cooperantes "se produzca lo más pronto posible". Y anunció la apertura de una Embajada de Mali en Madrid, lo que supondrá un salto en las relaciones bilaterales.
Fuentes gubernamentales calificaron de "muy buena noticia" que Al Qaeda haya prorrogado otros 20 días el ultimátum al ciudadano francés Pierre Camette, secuestrado el 26 de noviembre, que venció este fin de semana, pero no quieren ligar su suerte a la de los cooperantes. Entre otras razones, porque los secuestradores no han hecho un emplazamiento público a Madrid, como lo hicieron a París, exigiendo la liberación de cuatro presos en Mali, lo que da mayor margen a los negociadores.
Zapatero aprovechó la visita para hablar con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y advertir sobre el "riesgo" de que Somalia se convierta en caldo de cultivo del terrorismo. Más que un riesgo es una realidad. Pudo comprobarlo cuando saludó al fotógrafo José Cendón, que en las navidades de 2008 pasó 39 días secuestrado en Somalia.
Cendón: "Siento haberte dado tanto quebradero de cabeza".
Zapatero: "Es mi deber" [el presidente recuerda el secuestro de una médica de León] "Lo pasé fatal. Una angustia igual que ahora con los secuestrados. Sabes, cuando hablas con las familias, que su vida está en tus manos".
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