A la terraza con la estufa
El 1 de enero de 2008 quedó prohibido fumar en los restaurantes, cafeterías y bares de copas de Francia. Ocurrió de una vez, no en etapas como en España, y hubo protestas, que llegaron sobre todo desde los hosteleros, que temían que el negocio se les viniera abajo. La prohibición de fumar en otros lugares públicos y en el trabajo ya existía.
Dos años después, nadie cuestiona la ley. Los hosteleros se han resignado y no hay quien fume en un bistrot. Los fumadores se han refugiado en las terrazas, donde en invierno se instalan potentes estufas y se reparten mantas. En pleno debate sobre el calentamiento, la medida no ha escapado a los ecologistas.
La avalancha de público al aire libre ha generado un dolor de cabeza añadido para los restauradores: los vecinos se quejan del ruido y la policía impone fuertes sanciones a los hosteleros. Incluso hay vecinos que se hartan y arrojan objetos sobre los comensales. Un vecino llegó a disparar con la manguera de riego.
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