La ONU intenta digerir la peor tragedia de su historia
La organización sigue sin localizar a decenas de empleados
La labor de desescombro avanzaba con cautela en el cuartel general de la misión de paz de las Naciones Unidas. El cuerpo de ingenieros brasileño, con medios limitados, no quería hacer más daño del que había provocado ya el terremoto. Y en plena desazón por el drama que se vive en el país caribeño, en la sede del organismo preferían seguir creyendo en los milagros.
La de Haití es la peor tragedia para el personal de la ONU en las seis décadas en las que la institución vela por la seguridad y la paz mundial. El número de muertes dobla ya la veintena de vidas perdidas en Bagdad en agosto de 2003. Entonces fue un atentado suicida el que desoló a la institución, y tras el que decidió abandonar Irak por la inseguridad creciente.
El organismo abre un puente aéreo entre Puerto Príncipe y Miami
Ahora, como entonces, entre las víctimas podría encontrarse el jefe de la misión, el tunecino Hedi Annabi. Es uno entre el centenar que se teme continúan sepultados en el edificio. "Espero que esté bien. Rezo por él", decía el secretario general, Ban Ki-moon. En la madrugada del jueves, los servicios de rescate localizaron a otro superviviente bajo cuatro metros de escombros. "Un pequeño milagro", dijo, consciente de que las primeras 72 horas son cruciales para encontrar más gente con vida. Los funcionarios en el rascacielos de cristal no pierden la esperanza. Los primeros equipos de rescate llegaron la noche del miércoles, lo que permitirá avanzar más rápido. Y aunque están preocupados por los suyos, a la hora de salvar vidas no hacen distinciones.
Las imágenes que llegan a Nueva York son terribles. Todas las agencias se están ofreciendo al Departamento de Operaciones de Paz para ayudar en lo que sea, incluso llevando a su personal a la zona. La ONU estableció en seguida un puente aéreo entre Puerto Príncipe y Miami para movilizar al personal adicional que se necesitará sobre el terreno.
Esta vez no van a abandonar Haití. El trabajo original de la misión, reiteró el responsable de Operaciones de Paz, Alain LeRoy, "debe continuar". Aunque la prioridad ahora es rescatar vidas, prestar asistencia humanitaria y garantizar la seguridad, considera que no es el momento de pensar en dejar caer de la mesa el objetivo de celebrar elecciones en octubre.
"Muchos de nuestros colegas han muerto porque creían en Haití", decía Bill Clinton, el enviado especial de las Naciones Unidas para el país caribeño, en un claro llamamiento a la comunicad internacional para que siga comprometida a largo plazo con el futuro de Haití.
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