Tres millones de afectados

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió ayer "apoyo total" a Haití para superar una tragedia "cruel e incomprensible" que ha afectado, de una u otra forma, a tres millones de los cuatro millones de habitantes del área de Puerto Príncipe, según la Cruz Roja. En una conferencia de prensa improvisada y tras suspender un viaje que tenía previsto a Maryland para poder seguir de cerca la situación en Haití, Obama declaró que su país se comprometía a realizar un amplio esfuerzo humanitario y de rescate tras el devastador terremoto.

El presidente ha designado al director de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID, en sus siglas inglesas), Rajiv Shah, como coordinador de los esfuerzos estadounidenses. Obama resaltó la importancia de la ayuda de su país como líder mundial, pero insistió en que el esfuerzo debe ser coordinado e internacional.

"Ya hemos movilizado recursos y vuelos militares están evaluando los daños. Por la tarde [de ayer] comenzarán a llegar a la zona nuestros equipos de asistencia en desastres", declaró el presidente. "Entre hoy y mañana [miércoles y jueves], viajarán a Haití equipos desde Florida, Virginia y California", añadió.

El Departamento de Estado informó de que posiblemente tres ciudadanos estadounidenses habían muerto en el seísmo. Entre 40.000 y 50.000 estadounidenses viven en Haití. Ayer se esperaba la llegada a la Embajada de EE UU en Puerto Príncipe de un helicóptero de la Guardia Costera desde la base de Guantánamo. Washington está intentando enviar un buque-hospital de la Marina -anclado en Baltimore (Maryland)- para atender a los heridos, pero podría tardar aún varios días en llegar. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, canceló las tres etapas restantes de su viaje por el Pacífico (Papúa Nueva Guinea, Nueva Zelanda y Australia) para volver a EE UU y atender la crisis. También el secretario de Defensa, Robert Gates, canceló un viaje previsto a Australia.

El ex presidente Bill Clinton, enviado especial de la ONU para Haití, aseguró que su oficina está siguiendo la situación, dispuesta a hacer lo que pueda "para ayudar al pueblo de Haití en sus esfuerzos de alivio, reconstrucción y recuperación".

Por su parte, Europa se movilizó con aportaciones de distintos Gobiernos y llamamientos a la población para que haga donaciones. En Bruselas, la Comisión desbloqueó el máximo autorizado de tres millones de euros de ayuda de emergencia que se puede ofrecer de una sola vez, si bien tal cantidad sólo es el principio de un plan de acción que se desarrollará en los próximos días conforme se determinen las necesidades reales. Agua potable, medicinas, equipos médicos, tiendas de campaña y mantas son las necesidades más perentorias que se han identificado junto a la de especialistas en rescatar sepultados.

El paupérrimo Haití es uno de los países que más ayuda recibe con cargo a los fondos humanitarios de la Unión Europea, a razón de 28 millones de euros anuales. La Comisión se mostró dispuesta a aumentar esas cantidades.

Las dimensiones del desastre han supuesto la activación por Bruselas del Mecanismo de Protección Civil Comunitario, un ente en el que participan 31 países (los Veintisiete más Croacia, Islandia, Liechtenstein y Noruega) para coordinar las respuestas de los países de la UE a situaciones de crisis. Esto no impide que los Gobiernos pongan en marcha planes bilaterales. Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, el país europeo con más vínculos con Haití, donde residen unos 1.500 franceses, demandó a su Gobierno una acción inmediata para localizar a sus nacionales y participar en las labores de salvamento.

El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció recursos materiales y financieros. Mientras, en Berlín, el Gobierno alemán prometía que "apoyará a Haití con toda la ayuda posible", según el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, que dio cuenta de la inmediata liberación de un millón de euros, la misma cantidad que ofreció Italia. Holanda otorgó una ayuda de dos millones de euros y estaba estudiando otros modos de contribuir. Países fuera de la UE, como Venezuela o México, enviarán ayuda.