España descarta sanciones para los países ineficientes

España quiere evitar a toda costa cualquier polémica con sus socios comunitarios, y menos aún con Alemania, en los primeros días de la presidencia española de la Unión. Para despejar cualquier duda, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que "en ningún momento hemos hablado de sanciones" en relación a los posibles incumplimientos de la llamada estrategia UE-2020, un plan para el crecimiento y la competitividad en Europa que impulsa España. Tras entrevistarse con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, la vicepresidenta calificó de "prioritario" alcanzar un acuerdo de asociación con Mercosur.

Las precisiones de De la Vega hay que enmarcarlas en la réplica del ministro de Economía alemán, Rainer Brüderle, el pasado fin de semana a la propuesta del presidente José Luis Rodríguez Zapatero de "incluir medidas con incentivos y, si fuera aconsejable, medidas correctivas" para favorecer que los Estados europeos cumplan sus objetivos nacionales establecidos en la estrategia UE-2020. El Gobierno alemán considera que imponer sanciones "no tiene sentido".

La vicepresidenta apuesta por la "gobernanza económica" de la UE

De la Vega fue muy insistente en asegurar que no había ninguna discrepancia con el Gobierno de Berlín. En este sentido subrayó: "[España y Alemania] coincidimos absolutamente en una mayor coordinación de las políticas económicas". Según sus palabras, de lo que se trata es de "trabajar para poner en marcha mecanismos europeos de mayor cooperación e integración que nos permitan hacer frente a nuevas situaciones de crisis".

Paralelamente, en su gira europea, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, visitará Berlín el próximo jueves para explicar las ideas sobre política económica que impulsará España durante su presidencia de la UE.

La necesidad de poner en marcha una estrategia europea más creíble está estos días en el centro del debate de la política económica de la UE. En este sentido, el líder de los liberales en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, dirigió una carta el pasado día 8 a Barroso en la que le propone formalmente la posibilidad de aplicar "sanciones financieras" a los países que no se gasten correctamente el dinero europeo en los objetivos de la estrategia UE-2020.

Para la presidencia española, se trata de lograr "un nuevo modelo de gobernanza económica" en la UE que permita "la coordinación de las políticas económicas". "El debate", dijo De la Vega, "está en si queremos más Europa o no queremos más Europa, en si queremos coordinarnos más en Europa o coordinarnos menos". Y puntualizó: "Nosotros queremos coordinarnos más". En esta misma línea aseguró: "Somos un Gobierno de progreso y promoveremos una presidencia de progreso".

A pesar del dominio de los conservadores de los órganos legislativos europeos, el Consejo y el Parlamento, la vicepresidenta se mostró esperanzada en hacer avanzar las políticas sociales: "Los ciudadanos europeos quieren más derechos y no quieren perder los que han conseguido".

Por otra parte, la reanudación de las negociaciones entre la Unión y Mercosur constituye otros de los objetivos "prioritarios" de la presidencia española. El objetivo es "acercar Europa a los países de América Latina y el Caribe". En su encuentro con Barroso, la vicepresidenta le expresó su deseo de "reanudar las negociaciones" porque, a su juicio, "se dan las condiciones necesarias y hay voluntad política por ambas partes".

La mejora de las voluntades tiene que ver con el apoyo político para lograr el acuerdo expresado tanto por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández. España quiere asegurarse resultados concretos para la cumbre que unirá a la UE con los países latinoamericanos, que se celebrará en mayo en Madrid. Para De la Vega, España "es el mejor puente para afianzar la relación entre Europa y América Latina y esperamos llegar a la cumbre de Madrid con retos cumplidos".