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Simon Abkarian canta al Mediterráneo y a la mujer

Estrena en el Festival de Otoño 'Pénélope ô Pénélope'

"¿Están locos o qué?". Simon Abkarian observa indignado cómo un grupo de jóvenes hinchas futboleros pegan una paliza a un simpatizante del equipo rival. No se pierde detalle de las noticias en el televisor del bar de un barrio popular del norte parisiense mientras se toma un segundo café en la barra. Francés de origen armenio que vivió la guerra en Líbano, considera que es su deber de artista provocar la reflexión sobre el mundo que le rodea. Actor y director, hombre de teatro con repetidas incursiones en el cine, Abkarian estrena hoy en el Festival de Otoño de Madrid su último espectáculo, Pénélope ô Pénélope, una obra que recibió el Premio de la Crítica en París.

La obra que dirige y en la que interpreta también a Elías, el Ulises de esta versión de La Odisea, es la primera que escribe de principio a fin. "Quería ser libre y escribir es una forma de ser libre. No es una libertad conceptual, me refiero a una libertad factual de plató", explica al recordar el inicio del proyecto. "También la época me ha empujado a escribirla", añade inmediatamente. "Me refiero al retroceso político y dialéctico que ha habido en la esfera política e intelectual. Creo que todos los discursos ligados a las problemáticas de nuestra sociedad han retrocedido. Todo es un poco corto, un poco egoísta, un poco... vulgar. La derecha ha ganado en Francia con unos eslóganes casi publicitarios".

"Hoy todo es un poco corto, un poco egoísta, un poco vulgar"

Con esta obra "muy mediterránea" ha querido volver a un discurso con sentido y, además, femenino. Abkarian da la vuelta a La Odisea y se centra en Penélope. "Era importante hacer oír la voz de la mujer. La voz de alguien que espera. ¿Qué significa esperar? Está en las leyes canónicas, decimos, ya está, las mujeres tienen que esperar".

Abkarian, de 47 años, creció rodeado de mujeres -su madre, su tía y su abuela- en un mundo dominado por los hombres. "Siempre he querido dar voz a quien no la tiene. Crecí en un medio en el que los hombres se han apropiado el espacio divino y las mujeres han sido relegadas al temporal". Para dar esa voz al género femenino hay que aguzar el oído. "Es como cuando se tiene un pasaporte francés: no se oyen muy bien los problemas de los afganos".

Su pieza toma como punto de inspiración la historia de su madre en el Líbano en guerra a finales de los años setenta. La marca autobiográfica se refleja también en el lenguaje "traducido directamente del armenio", caracterizado por la abundancia de metáforas propias de esas tierras. "Le da un color especial, lo han ido traduciendo palabra por palabra al español, va a ser divertido", dice. A Abkarian le gusta el lenguaje de la calle, de los barrios populares mediterráneos con esos diálogos que se solapan. "Piensan tan rápido que no hace falta que acabe uno su frase para que le contesten".

El director de teatro y actor Simon Abkarian.
El director de teatro y actor Simon Abkarian.DANIEL MORDZINSKI

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