330 receptores de renta básica optan a títulos oficiales para atender a enfermos

Las personas que no hayan cursado un ciclo de Formación Profesional o una carrera universitaria podrán lograr títulos reconocidos por la administración, que darán cobertura oficial al aprendizaje realizado por vías no regladas y a cualquier edad. El denominado aprendizaje continuo dará un paso más esta semana, con el inicio de los cursos de formación que los departamentos de Educación y Asuntos Sociales han organizado para que 450 personas obtengan las cualificaciones que les permitan trabajar en la atención domiciliaria a enfermos. Lo descollante es que más del 70% de las personas (330) que participan en esta experiencia son perceptores de la renta de garantía de ingresos (antigua renta básica) que han sido seleccionados por los servicios sociales por su experiencia y aptitud en este campo.

"El reconocimiento aporta visibilidad en el mercado de trabajo"

Los cursos se impartirán en 30 municipios de Euskadi y forman parte de un objetivo más amplio: lograr un título reconocido por la administración que facilite la inserción laboral. Para obtenerlo, se tendrán en cuenta todas las competencias, tanto de experiencia laboral como vital, y la formación que no se ha considerado oficial hasta ahora. En el plano legislativo, este tipo de aprendizaje y las iniciativas que lo desarrollen se enmarcarán en la futura ley de Aprendizaje Continuo. Con ella se pretende lograr que aquellas personas con capacidades aprendidas a través de la experiencia vean reconocido su conocimiento con un título valorado en el mercado laboral. Es lo que en el ámbito de la enseñanza ya se viene practicando mediante el denominado "sistema integrado", centrado más en el aprendizaje de competencias que de conocimientos.

El programa sigue las líneas de una experiencia piloto que se ha llevado a cabo en los últimos cinco años y que ofrecía equivalencias entre cursos más extensos, de 90 horas, y los módulos de los ciclos formativos de la enseñanza reglada. Sin embargo, a partir de ahora, las competencias que serán necesarias para lograr el título estarán desglosadas en módulos más pequeños, de manera que quien tenga experiencia en el área pero carezca de conocimientos en un aspecto concreto pueda realizar un curso de 25 o 50 horas de duración para alcanzar las competencias necesarias. Así, y tras pasar un procedimiento de evaluación, podrá obtener el título de técnico profesional, que encajará en los sistemas de Formación Profesional y en el marco europeo. Queda pendiente su aplicación al ámbito de la formación universitaria.

Esta nueva manera de reconocer el aprendizaje se amolda a las competencias de cada persona, pero no supone regalar los títulos. "Sería injusto que otros, por otras vías como la FP, tengan muchas más dificultades para lograrlo", precisa David Urzainki, viceconsejero de Formación Profesional. Quienes accedan a este tipo de titulaciones tendrán que pasar un proceso de evaluación, con un asesor que redactará un informe sobre sus capacidades y competencias. El documento será estudiado por una comisión de evaluación que otorgará los diplomas.

No todos los que realicen los cursos obtendrán la titulación, pero el sistema impulsa la formación y "tiene la ventaja de estar vinculado al ámbito del empleo", explica Urzainki. Además, valora que se trata de una fórmula que aporta "visibilidad en el mercado de trabajo y una acreditación más fiable para las empresas".

Este año los cursos se centrarán en el cuidado de enfermos o discapacitados en sus domicilios, pero la intención del Departamento de Educación es extender la iniciativa al área sociocultural y a la educación infantil. Este proyecto y otros, como el fomento de las prácticas en el extranjero de los estudiantes de Formación Profesional o la clarificación de los perfiles de los orientadores, se enmarcarán bajo el paraguas de la ley de Aprendizaje Continuo. Ésta facilitará los instrumentos legales para reconocer esta capacitación más informal.