"Podríamos haber acabado como Chechenia"

Cuatro meses después de la caída del muro de Berlín, el 11 de marzo de 1990, Vytautas Landsbergis declaró la independencia de Lituania. Se trataba de la primera república soviética en abandonar la Unión. Landsbergis (Kaunas, 1932), líder carismático del movimiento independentista, fue nombrado jefe de Estado, puesto que ocupó hasta 1992, guiando el país en los momentos quizá más tensos de la caída de la URSS. En enero de 1991, las tropas soviéticas salieron a las calles de Vilna para acabar con la revolución lituana. Inmuebles estratégicos fueron ocupados, una docena de civiles asesinados, y al menos 600 heridos. Pero el golpe fracasó.
"Podríamos haber acabado como Chechenia...", dice Landsbergis, en su despacho en Vilna. La resistencia de los lituanos, las presiones internacionales y divisiones en Moscú evitaron lo peor.
"Nosotros éramos activistas comprometidos con la libertad y con Lituania", recuerda Landsbergis, que ahora es eurodiputado. "Nos unimos a la ola reformista general impulsada por Gorbachov. Trabajábamos en el marco de las instituciones, intentábamos cambiar desde dentro. Utilizábamos el diccionario de Gorbachov... transparencia, apertura... Naturalmente, teníamos también algún objetivo, digamos así, especial", dice riéndose a carcajadas. El objetivo era la independencia.
"Empezamos a trabajar con discreción para ello. Yo intenté que Gorbachov se sintiera ante la alternativa de ser un continuador de Stalin, denegando la independencia, o un héroe de la libertad. Creo que él quería la segunda, pero no pudo. No tenía un poder sólido, como quizá parecía desde fuera. Otros le habían nombrado, otros retenían cuotas determinantes de poder", relata Landsbergis.
"Entonces empezamos a mirar a Occidente. Pero las democracias occidentales no querían que se precipitaran los acontecimientos, que se pusieran obstáculos a las reformas de Gorbachov".
Pero el terremoto provocado por la caída del muro de Berlín rompió todos los esquemas, y Landsbergis y los suyos se colaron en el agujero, detonando la implosión de la URSS y evitando represalias a lo Chechenia.

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