Un alivio para las víctimas laborales

Las obras de acondicionamiento de una vivienda para adaptarla a una silla de ruedas, los gastos de desplazamiento de la esposa y familiares de un accidentado, el alquiler de una vivienda para acompañar al herido o enfermo, los gastos de la ayuda psicológica, una cama articulada, ayudas para cubrir gastos de fallecimiento... Mutualia se ha decidido a dar publicidad a la existencia de un fondo extraordinario denominado Fondo de Asistencia Social, con cargo al cual pueden solicitar ayudas todos sus mutualistas víctimas de accidentes de trabajo y sus familiares, y que en agosto ascendía a un total de 4,1 millones de euros. "Es importante siempre, pero quizás más en estos momentos de mayores dificultades para muchas personas", asegura la directora de Asuntos Jurídicos de Mutualia, María Luisa Ortiz Salvador.

El año pasado el fondo creció 1,2 millones, el 10% de los excedentes

Las ayudas, que llevan años funcionando pero cuya existencia era prácticamente desconocida, han llegado a financiar incluso los estudios de niños que habían perdido a uno de sus padres en accidente laboral y que no tenían capacidad económicas como para afrontar esos gastos. Se pueden acoger también a él los trabajadores autónomos.

La comisión de prestaciones especiales que decide la concesión de las ayudas está compuesta por cinco miembros de las organizaciones empresariales y otros cinco de sindicatos -2 de ELA, y uno de CC OO, LAB y UGT. Estos últimos valoran de manera especial el esfuerzo de transparencia en la gestión de ese dinero que está haciendo Mutualia a la hora de publicitar la existencia del fondo. Tras el rechazo de ELA a presidir esta comisión, hace dos meses le llegó el turno a CC OO, y lo asumió. "Es positivo que las mutuas arrimen el hombro y que ese dinero, que sale del esfuerzo de los trabajadores vuelva, por un mecanismo de solidaridad, a los accidentados", señala su actual presidente, Jesús Ezkudun.

En 2007, Juan Abad se cayó al vacío desde siete metros de altura. La comisión ha aprobado la concesión de unas ayudas para adaptar el baño de su casa, de forma que pueda ser independiente pese a la silla de ruedas automática con la que se desplaza.

Al trabajador marroquí A. Akass le tuvieron que amputar los dos pies. Mutualia financió por esta vía el viaje y la estancia de su esposa y sus padres, desde Agadir y Tánger, además del pago del alquiler de una vivienda durante tres meses.

Todas las mutuas están obligadas por ley a disponer de este fondo, que se incrementa, año tras año con el 10% de los excedentes (el equivalente a los beneficios), ya que son asociaciones sin ánimo de lucro. El pasado año el fondo especial de Mutualia creció en 1,2 millones.