Los tropiezos del Gobierno

El Gobierno cierra estos días la que quizá haya sido su semana más incómoda y accidentada, a efectos públicos, desde que sus miembros tomaron posesión en mayo. La han propiciado dos tropiezos de distinto cariz, pero acumulados en el lapso de tres días, que atañen a las consejeras de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca, Pilar Unzalu, y de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta.

Unzalu descalificó las concentraciones convocadas por los cinco ayuntamientos en que viven los arrantzales secuestrados en Somalia desde hace tres semanas. Acusó a sus organizadores de utilizar políticamente el dolor y la preocupación de las familias, ganándose con ello un aluvión de críticas, ante las que tuvo que salir a precisar su intención y recomponer la situación, pero el departamento no asistió finalmente a las concentraciones de ayer. En medios del Ejecutivo se reconoce en privado, y sin paños calientes, que toda esa actuación ha sido una "desafortunada metedura de pata".

Empleo acumula tres relevos en un equipo formado hace cinco meses

El PNV pidió ayer mismo que Zabaleta dé explicaciones en el Parlamento

Ayer fue la consejera de Empleo, Gemma Zabaleta, la que tuvo que explicar el relevo de dos altos cargos y una asesora de su equipo a sólo cinco meses de haberlo configurado. El viceconsejero de Empleo, Pablo Angulo, uno de los independientes incorporados al Gobierno, abandonará el próximo martes su puesto "por diferencias insalvables con la consejera", según fuentes cercanas a él, en una explicación que fue desmentida ayer por la consejera. Para el primer partido de la oposición, los relevos en el departamento de Zabaleta "hacen sospechar que algo no está funcionando bien en el Gobierno de López", incluso que "algo grave está sucediendo". El PNV solicitó ayer mismo la comparecencia de la consejera en el Parlamento.

"No hay dificultades insalvables entre yo misma y el viceconsejero de Empleo", sostuvo Zabaleta. El relevo "no se debe a ello", sino a dificultades de "acoplamiento" a las exigencias de un puesto de responsabilidad política en la administración, aseguró. Zabaleta recordó que configuró su equipo con personas provenientes tanto del mundo de la política como de la gestión o del conocimiento, caso del viceconsejero de Empleo. Y señaló que no siempre cuaja el ajuste de esos perfiles al trabajo en un Gobierno.

Hace dos semanas fue la directora de Inserción Social, Pilar Arbaiza, la que saltó de su puesto y el jueves se despidió la asesora de comunicación, Eva Monente, quien provenía del equipo del anterior consejero, Joseba Azkarraga, y a la que Zabaleta mantuvo en su puesto. También en el departamento de Unzalu se produjo un relevo en esta última área al mes de haberse incorporado la persona de confianza que había elegido.

Zabaleta explicó ayer que ha decidido sobre el relevo de su viceconsejero "en pro del interés general de los ciudadanos" y pidió que no se traslade la cuestión "como un problema", porque los asuntos del departamento, embarcado en la negociación del traspaso de las políticas activas de empleo, la mesa de diálogo o la redacción simultánea de tres leyes, "no sufrirán ninguna merma". El Consejo de Gobierno nombrará el martes a Javier Ruiz, director de Drogodependencias en los gobiernos de coalición de PNV y PSE, como sustituto del viceconsejero cesante.

Estos dos episodios se suman a otras actuaciones que han dado pie a cuestionamientos fáciles y hábilmente utilizados por la oposición, en particular el PNV, para reforzar su mensaje sobre las carencias de sus sucesores en la gestión. En ese capítulo han entrado en los meses pasados varias actuaciones polémicas que han dejado al descubierto flancos débiles y de entrada cómoda para sus rivales.

El primero fue el anuncio, por parte del propio lehendakari, Patxi López, de una nueva página web. Fue el mismo día de la toma de posesión de su equipo en Ajuria Enea. El Ejecutivo tuvo que cerrarla en apenas 24 horas, porque no había cumplido los requisitos administrativos precisos. Después fueron las fotos de López en la revista Rolling Stone y, sobre todo, en Vanity Fair, que dieron de sí a los peneuvistas para tachar de frivolidad esas apariciones. Y otro tanto ocurrió con la apertura de las dependencias de Ajuria Enea a los medios informativos, también objeto de cuestionamiento.