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Los gusanos echan un cable

Varios municipios dan compostadoras a los ciudadanos para que reciclen

"La verdad es que un poco de asco sí que dan los gusanos cuando piensas en ellos", dice Eva de 11 años con una leve mueca de disgusto. Su compañera Sonia, responsable como ella de la compostadora del huerto escolar del colegio público Emilia Pardo Bazán de Leganés, le da la razón: "Un poco de asco, sí".

Los gusanos son, en realidad, lombrices dedicadas a convertir los desechos en mantillo para el huerto escolar. Viven en una compostadora de plástico de un metro cúbico instalada en el patio. La cocina del colegio le deja todos los residuos a "la mano de obra", como se denominan los niños encargados del proyecto. A eso le añaden los restos de la poda y del contenedor verde donde los alumnos tiran los desechos de la merienda (el compostaje admite cualquier tipo de basura orgánica, excepto restos de carne y pescado). Todo va a la caja de los gusanos y sale convertido en mantillo.

Los desechos se convierten en abono para el huerto escolar
Cada 15 días, los niños de un colegio proponen medidas para ahorrar energía

La ecología no queda ya exclusivamente en manos de los activistas. El avance del reciclaje en la Comunidad ha permitido que Alcorcón y Fuenlabrada se sitúen entre las 20 ciudades españolas mayores de 100.000 habitantes que más papel reciclan. En Alcorcón son 43 kilos por habitante, y en Fuenlabrada 37, según un estudio de la Asociación de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón. Los ayuntamientos buscan fórmulas para llevar más lejos el reciclaje: compostadoras, reutilización del aceite o bolsas biodegradables, por ejemplo.

El frío se acerca y en la huerta escolar del Pardo Bazán quedan cuatro coles y acelgas. En los buenos tiempos plantan patatas y tomates durante el recreo. "La cosa es que estén entretenidos", explica Alejandro Garrido, el jefe de estudios, un ecologista de sonrisa imperturbable que lleva a sus hijos en bicicleta con un pequeño remolque.

El huerto ecológico del Pardo Bazán, donde los niños obtienen el insecticida mezclando jabones y bicarbonato, forma parte del proyecto de escuela sostenible que se expande por la Comunidad. Los 483 alumnos del colegio plantan frutales y verónicas en los parterres. Cada clase cuenta con dos ecodelegados y cada 15 días un comité medioambiental de alumnos de tercero a sexto de primaria expone ante los profesores propuestas para recortar energía y reciclar.

En el año y medio en que han tenido la compostadora, cedida por el Ayuntamiento, los niños han pulido la técnica para que no acudan los mosquitos. Quien aún no la domina es Juan Carlos Bocos, de 40 años. En el huerto de su jardín abre una caja de un metro cúbico coronada de insectos diminutos. Su contenido no parece excesivamente apetitoso (cáscaras de huevo, de plátano, hojas y tierra), pero parece hacer las delicias de los gusanos que salen a la superficie cuando Juan Carlos remueve el contenido con un espiral metálico.

El municipio ha abierto este año por segunda vez una convocatoria para que particulares soliciten compostadoras de 320 litros de capacidad. Juan Carlos se apuntó el curso pasado. A su pequeña huerta se llega atravesando el garaje de su casa unifamiliar. Lo del huerto es un invento de su suegro. "Es de pueblo, de Zarzalejos", apunta.

La cesión de la compostadora incluye consultas por mail y alguna visita del personal de la Concejalía de Sostenibilidad. No cuesta nada, da poco trabajo "y genera un compost mejor que el que puedas comprar", refiere que le han contado los técnicos del Ayuntamiento. "Nosotros somos ecologistas pero sin pasarse. Si el bidón del vidrio está enfrente de casa, nos motivamos más".

En Rivas están familiarizados con el programa de compostadoras. El municipio preside la Red Estatal de Entidades Locales por el Compostaje Doméstico y Comunitario. Desde el centro ambiental Chico Mendes las distribuyen desde hace siete años con el requisito de asistir a un curso. Tienen registrados 920 usuarios, y varias compostadoras de 2.000 litros más instaladas en comunidades de vecinos, centros educativos y asociaciones.

El compostaje es una más de las nuevas opciones de reciclaje que se van incorporando. La empresa de servicios, limpieza y jardines de Rivas ha invertido 68.000 euros en trituradoras para reciclar restos de poda. Rivas espera recuperar 1.500 toneladas de vegetal al año para esparcirla por parques y rotondas. Uno de los objetivos de la técnica es dejar de pagar el vertedero.

"Cerca de dos tercios de este aceite acaba en las alcantarillas encareciendo y complicando el tratamiento de las aguas residuales", explica Cristina González, concejal de Obras y Servicios de Getafe. Por eso los habitantes del municipio, las asociaciones y los bares y restaurantes pueden solicitar telefónicamente la recogida de restos, que se utilizan para elaborar jabón y fertilizantes. No es el único servicio verde en funcionamiento en el municipio: las bolsas biodegradables están ya a disposición de los vecinos para sustituir a las de plástico.

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