"El homínido vivía en un hábitat cerrado"
La paleontóloga española Nuria García lleva tres años trabajando con Tim White en los yacimientos del nuevo homínido en Etiopía. Todos los años se pasan dos meses en un campamento del Awash Medio buscando fósiles.
García es la responsable del estudio de los carnívoros que vivían junto al Ardipithecus ramidus, para establecer el marco ecológico, que muestra una fauna variada. Lo ahora presentado, explica "representa el resultado de 17 años de trabajo de campo e investigación de un numeroso equipo de investigadores de muchos países" que "por fin sale a la luz".
En concreto, el esqueleto más completo, Ardi, es "el más antiguo de la rama humana perteneciente al árbol de la familia de los primates", recuerda García desde Albany (Nueva York), donde estaba ayer.
Este estudio, además de una completa información anatómica de A. ramidus, incluye un amplio análisis del hábitat (animales y plantas) en el que vivió hace 4,4 millones de años. "Sabemos", explica la paleontóloga, "que el paisaje estaba dominado por bosques con arroyos y pequeños parches densos, más selváticos. Esta zona boscosa donde vivía A. ramidus, a lo lejos se mezclaba con áreas más abiertas de pradera. Los estudios de isótopos estables realizados en los distintos macromamíferos (incluido el propio homínido) confirman esta idea del hábitat cerrado, y que apenas hay elementos de ecosistemas de sabana en la dieta de A. ramidus. Los animales más abundantes que compartían el hábitat del homínido eran monos colobinos y antílopes, además de loros, búhos, varias especies de tigres dientes de sable y hienas, grandes osos, nutrias, puercoespines, rinocerontes, jirafas, etcétera".
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