El homínido más antiguo recibe críticas
El descubridor de 'Ardi' responde a los paleontólogos que ponen en duda que fuera del linaje humano y que viviera en un bosque
¿Era Ardi, el homínido más antiguo encontrado hasta ahora, verdaderamente un antepasado del ser humano, y vivía en un bosque o más bien en una sabana? Algunos aspectos de lo que fue considerada la noticia científica más importante del año 2009 son objeto de cierto debate en la comunidad científica, que se refleja en un intercambio de argumentos entre los descubridores y estudiosos del Ardipithecus ramidus, hallado en Etiopía, y sus críticos.
Por un lado, el especialista en homínidos extinguidos Esteban E. Sarmiento, de la Fundación Human Evolution de EE UU, cree que no existen pruebas suficientes de que Ar. ramidus fuera un homínido, es decir, que perteneciera al linaje humano tras la separación del linaje del chimpancé, y se inclina por que era anterior a esta divergencia.
La presentación en sociedad, largamente esperada, del Ar. ramidus, un fósil de hace 4,4 millones de años, se hizo a través de una decena de artículos publicados, bajo la dirección del paleontólogo estadounidense Tim White , el 2 de octubre de 2009 en la revista Science, la misma que acoge ahora el debate. Según Sarmiento, la identificación de un homínido sobre la base de las características de los dientes caninos y premolares induce a equivocación y otras supuestas pruebas, como la de que podía andar erguido basándose en la morfología del pie, no son convincentes.
White y algunos de sus colegas argumentan que son múltiples los parecidos dentales, craneales y esqueléticos entre el Ar. ramidus y otros homínidos, especialmente con el australopiteco posterior y que no sería lógico que estas características se hubieran desarrollado antes de la separación con el chimpancé y luego hubieran vuelto a surgir. El paleontólogo español Juan Luis Arsuaga, que tiene una buena relación con White, señala que cree que sí es un homínido, pero que quedan aspectos por aclarar en lo que se publicó, como lo relativo a la monogamia y la postura bípeda.
Esta última característica, tan importante, tiene que ver también con la segunda crítica, que se refiere al ambiente en que vivió la criatura en lo que hoy es el desierto de Etiopía. Un gran experto, Thure Cerling , de la Universidad de Utah, y científicos de otras universidades argumentan que se trataba de una sabana y no del bosque mucho más cerrado que White y sus colegas presentan. Para ello esgrimen complejas interpretaciones de paleoisótopos, la técnica preferida actualmente para recrear el ambiente pretérito. White y sus colegas las refutan, con argumentos igualmente complejos.
Hipótesis de la sabana
Nuria García, la única científica española que participó en este trabajo, señala: "Los dos se refieren en realidad a la hipótesis de la sabana, la idea de que los homínidos se hicieron bípedos al tiempo que los espacios abiertos fueron siendo predominantes". García cree que Cerling y sus colegas están interpretando a una escala errónea. "Creo que están centrándose en una escala regional de paleoambientes, mientras que White y los suyos, como saben de donde proceden los fósiles, la geología, y la fauna de cada localidad, pueden hacer una interpretación específica del hábitat solo de Ar. ramidus". La paleontóloga española, que trabajó precisamente en la interpretación del ambiente, sobre datos de miles de fósiles, cree que White da una mejor interpretación global, al menos por el momento, y que además establece que la hipótesis de la sabana es ahora testable científicamente, cuando antes no lo era.
"Ardi prefería todavía ambientes más cerrados", concluye García. "La visión de los primates atravesando sobre dos patas las distancias entre zonas boscosas cada vez más apartadas ha mantenido su atractivo durante décadas de investigación", explica White, para quien los datos obtenidos del ambiente en el que vivía Ardi socavan esta hipótesis y dan una visión nueva del nicho ecológico de los primeros homínidos.
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