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Interpol busca a un cruel traficante de mujeres

Se fugó de una cárcel holandesa durante un permiso

Isabel Ferrer

Saban Baran, de 38 años y uno de los traficantes de mujeres más peligroso de Europa, ha aprovechado un permiso de paternidad para huir de la cárcel en Holanda. De nacionalidad turco-alemana, cumplía una pena de siete años y medio por forzar a centenares de mujeres a prostituirse en burdeles nacionales. También operaba en Alemania, Bélgica y Europa del Este. A pesar de estos antecedentes, una fuga anterior y el criterio en contra de los fiscales, los jueces de Arnhem (al este de Holanda) pensaron que regresaría. No fue así, y ahora lo busca la Interpol. Sus víctimas, a las que tatuaba sus iniciales en el cuello, obligaba a operarse los senos y a abortar ilegalmente, se han escondido. La policía, por su parte, teme que viaje a Turquía. La Haya y Ankara no poseen tratado de extradición y allí estaría seguro. Lo que espera es poder apresarlo antes de que abandone territorio holandés.

La fuga ha desatado la ira del Parlamento holandés, que el jueves criticó al ministro de Justicia, el democristiano Ernst Hirsch Ballin. A pesar de que éste asegura compartir el parecer de la fiscalía, ha abogado por "respetar la independencia de la justicia". Al Centro Nacional de Coordinación contra el Tráfico de Mujeres, las declaraciones oficiales le parecen una ingenuidad. "La justicia no debe ignorar lo que un tipo así puede hacer a sus víctimas. Se les prometió que estarían seguras si declaraban en su contra. Después de lo ocurrido, ya no confiarán en las autoridades".

La experiencia de una de las mujeres que logró liberarse y permanece en el anonimato ilustra la opinión de estos expertos. El pasado fin de semana se llevó la sorpresa de su vida al toparse casi de bruces con Baran por las calles de Arnhem. "Creyó que seguía entre rejas. Cuando él la reconoció, la amenazó", dicen en el centro.

Baran, un tipo violento, dirigía la red de tráfico con su hermano, Hasan, mucho más contenido. Ambos fueron detenidos en Alemania en 2007 y juzgados en 2008. La acusación tardó dos años en reunir las pruebas y había recurrido la sentencia inicial. Casi ocho años por traficar y esclavizar a mujeres le parecía poco. Es más, comparte con la policía el temor de que el matrimonio y posterior paternidad formaran parte del plan de fuga ahora consumado. Como ejemplo señalan que la esposa es una de sus antiguas víctimas. Cuando nació el bebé y Baran pidió verlo, los fiscales habían recibido el aviso de que planeaba escapar. Al final, sin embargo, no pudieron convencer a los seis jueces que confirmaron la licencia.

Saban Baran.
Saban Baran.

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