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El PNV conjura con el PSE el riesgo de una prórroga de las cuentas forales

Ambos partidos son optimistas y esperan lograr un acuerdo presupuestario

"La reunión ha ido muy bien". "Un clima positivo, con una buena parte de diagnóstico compartido y voluntad de ambas partes de alcanzar acuerdos". Lo primero lo dijo la secretaria del EBB, Belén Greaves, y lo segundo el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, al terminar la reunión de ayer. Tan bien fueron las cosas que las ejecutivas de ambos partidos decidieron pasar los trastos de las negociaciones a las comisiones interinstitucionales surgidas del primer encuentro entre el Gobierno, las diputaciones y Eudel en julio, a las que el Ejecutivo socialista recondujo desde el primer momento la propuesta de pacto de estabilidad del PNV.

La coincidencia en el diagnóstico sobre las cuestiones principales y la convicción por ambas partes sobre la voluntad real de la otra facilitaron la distensión y el acercamiento. La obligación que dicta la necesidad -la económica para todos, y, en el caso del PNV, también la política, por su situación minoritaria en las Juntas Generales a la hora de sacar las cuentas de las tres diputaciones- ha influido de modo decisivo. El partido de Urkullu elude la amenaza más seria y su principal objeto de desvelos en esta negociación: quedar fuera de juego, en un modo estéril de oposición, y verse obligado a prorrogar los presupuestos forales. El año pasado los salvó gracias a la consigna de Zapatero de que nadie obstruyera la su aprobación en ninguna institución a causa de la crisis.

"Se comparte buena parte del diagnóstico sobre la situación"

De no mediar acuerdo con el PSE, las diputaciones se verían abocadas a la prórroga presupuestaria, algo que el PNV precisa evitar a toda costa, según reconocieron a EL PAÍS dirigentes de ese partido. "Habría que gobernar con un presupuesto irreal, más irreal que nunca por la caída de la recaudación, y eso se traduciría en graves problemas de gestión", reconocieron. El Gobierno, admitieron también, "lleva ventaja, porque tiene garantizada la aprobación de sus cuentas con el PP".

El PSE enclava el posible acuerdo "en el horizonte de ampliación del que ya tenemos con el PP". Le colocaría en una apreciable posición de centralidad, que enjugue las acusaciones de frentismo y abandono de la trasnversalidad. De paso, allana el camino para que el PNV respalde en el Congreso los presupuestos generales del Estado.

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