L'Ametlla impulsa la mayor reserva marina de Cataluña
El municipio tiene 1.200 hectáreas de praderas de posidonia
La mayor pradera de Cataluña de posidonia está ante L'Ametlla de Mar (Baix Ebre). Las 1.215 hectáreas de posidonias que recubren este fondo marino representan el territorio más extenso, pero son de las menos frondosas. La posidonia oceánica, planta que actúa como pulmón de los ecosistemas marinos y que sólo florece en aguas mediterráneas, sufre en el área superior del río Ebro. Extremamente sensible a la luz, suma casi 30 años de severa regresión por la creciente contaminación y la falta de protección. El principal bosque subacuático del territorio ya se ha partido en dos y amenaza con disgregarse. "Proteger los vegetales es clave para garantizar la pesquería y la biodiversidad", alerta un estudio encargado por el municipio. El informe impulsa la creación de una reserva marina para esta selva acuática, lo que implicaría un espacio protegido cinco veces mayor que el de las islas Medas. El Ayuntamiento ha asumido el documento como hoja de ruta para la gestión del litoral y abordará ahora la creación de la mayor reserva marina catalana.
"Será difícil concretar la totalidad de las medidas. Veremos hasta dónde nos dejan llegar", asume un portavoz municipal. La embrollada negociación con las distintas administraciones se adivina compleja por la presión de la industria pesquera. El plan de gestión recoge una decena de medidas que deben haberse concretado en 2013. Desde la recalificación urbanística de 66 hectáreas del litoral del municipio hasta la regeneración de las lagunas, algunas ya desecadas.
La prioridad, sin embargo, es preservar la pradera de posidonia. "La riqueza de esta especie en L'Ametlla es de primer orden, una de las más importantes del país", señala la entidad ecologista Nereo, autora del informe.
La posidonia es una planta única que ejerce de motor y despensa para los ecosistemas marinos. El bosque marino de L'Ametlla subsiste como uno de los más raquíticos del litoral. La densidad de los vegetales ha ido decayendo hasta ocupar ya la penúltima posición de la veintena de praderas acuáticas detectadas en el litoral catalán. La comparación escuece con otros bosques de la Costa Brava con una extensión mucho menor. En el 2007, la pradera de L'Ametlla tenía hasta cuatro veces menos espesor que la de Portbou (Alt Empordà), según un estudio de la fundación para la conservación marina Cram. "Es de suponer que la densidad habrá seguido bajando. La preocupación es que el bosque se fracture de forma que la biodiversidad vaya aislándose en la zona", señala CRAM.
Ha empezado a ocurrir. La masa vegetal de L'Ametlla dibuja grietas crecientes y bloques ya segregados. Sólo una quinta parte se mantiene como un bloque más o menos compacto.
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