Daniel Innerarity arremete contra "la dictadura del presente"
El egoísmo, la desconfianza y la tiranía del presente boicotean cualquier esperanza de futuro. Vivimos presos de un imperialismo del tiempo que lo coloniza todo. El futuro y sus enemigos. Una defensa de la esperanza política (Paidós) es el ensayo de Daniel Innerarity que alerta de esa "dictadura" del presente que nos impide recuperar la confianza en lo que está por llegar.
Innerarity (Bilbao, 1959) presentó ayer el libro junto al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, el ex presidente del Instituto Nacional de Prospectiva, Jesús Moneo, y el presidente de honor del Club de Roma, Ricardo Díez Hochleitner. "Éste es un texto contra el miedo, contra los timoratos, contra los que quieren todo seguro, contra los que tienen ataques permanentes de realismo, contra los que creen que no hay nada que hacer", señaló Gabilondo para quien el libro habla de algo tan intangible como necesario: el horizonte. "Aunque en el horizonte no podemos quedar para merendar y aunque muchos se preguntan para qué sirve, yo les digo que para algo fundamental: caminar".
Optimismo individual y un pesimismo colectivo, ésas son las señas de identidad de un mundo debilitado en el que, señala Innerarity, el futuro "debe ganar peso político y encontrar su voz". "Una de las cosas que ha puesto de manifiesto la crisis económica es que como sociedad somos bastante idiotas y una de las consecuencias evidentes de la tiranía del presente, es decir, del corto plazo, del consumo inmediato, es que el futuro ha quedado totalmente desatendido. Tenemos la obligación de recuperar el porvenir".
Para el filósofo vasco el futuro es hoy quizá el mayor problema de la sociedad contemporánea. "Vivimos en un mundo sin épica o, al menos, en el que los relatos épicos han perdido su capacidad para movilizar". Para recuperar esa política heroica el escritor propone convertir el futuro en una categoría "reflexiva" y asumirlo con todas sus incertidumbres y con todas sus incógnitas para así dejar de convertirlo en el "basurero del presente".
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