El SPD alemán promete crear cuatro millones de empleos en 10 años
El plan electoral socialdemócrata apuesta por las energías limpias y la sanidad
El candidato del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Frank-Walter Steinmeier, presentó ayer el programa económico con el que aspira a crear "pleno empleo" para 2020 si gana las elecciones de septiembre. En un concurrido discurso en el que se dirigió a la prensa y a los votantes, Steinmeier defendió ayer por la tarde sus planes para superar "el mayor reto" al que se enfrenta Alemania "desde la reunificación".
El llamado Plan Alemania de los socialdemócratas causó revuelo entre sus contrincantes electorales durante todo el fin de semana. Los ataques al contenido de estas propuestas han sido duros. "No se trata", dijo Steinmeier, de elegir "a Steinmeier o a Merkel". Con el discurso de ayer y la presentación de su plan económico, el SPD parece haber recuperado la iniciativa política que infructuosamente trató de asumir durante el inicio de su campaña la pasada semana.
El programa del SPD cosecha el apoyo de los verdes y críticas de la patronal
A su rival en las elecciones, que aún no ha regresado de sus vacaciones italianas, se refirió ayer Steinmeier en una sola ocasión. La canciller Merkel ha sido su jefa en el Gobierno durante los últimos cuatro años y le aventaja por mucho en las simpatías de los electores y en la intención de voto. Los intentos del elocuente presidente socialdemócrata, Franz Müntefering, de erosionar en sus discursos la imagen de Merkel no han dado los frutos deseados. Ahora, Steinmeier parece estar trabajando en su propio perfil con una propuesta cuando menos atrevida.
El mismo candidato reconoce "lo ambicioso" de su plan de recuperación. Incluso citó Steinmeier al veterano socialdemócrata y ex canciller Helmut Schmidt, que aconsejaba a "quien tenga visiones, que vaya al médico". Pero Steinmeier quería hablar precisamente de "metas a largo plazo y política visionaria". Presentó ayer 67 páginas dedicadas al "Trabajo del mañana".
Dos millones de empleos podrían crearse, según los socialdemócratas, apoyando la industria y la producción en suelo alemán. El SPD habla de apuntalar las nuevas industrias para el aumento de la eficiencia energética, la obtención de energías alternativas y demás ingeniería "verde". El SPD se atiene a su proyecto de independizarse de la energía atómica hasta el 2021.
Otro millón de empleos resultaría de las reformas en el sector de la sanidad. Para ilustrar esta posibilidad, Steinmeier se refirió a los "300.000 nuevos enfermeros" que el envejecimiento de la población hará necesarios hasta 2020. Además, el SPD considera plausible la creación de 500.000 empleos en el sector cultural y creativo. El medio millón restante resultaría del sector servicios.
Las críticas de la CDU de Merkel, socia del SPD en la gran coalición que gobierna Alemania, arreciaron. Para el primer ministro bávaro, Horst Seehofer, el plan del SPD "recuerda a los tiempos muy lejanos, en los que la política se sustituía por la planificación". Por su parte, el partido La Izquierda recordó la participación de Steinmeier en la Agenda 2010 del ex canciller Gerhard Schröder, con la que el SPD recortó las prestaciones sociales. La patronal, muy crítica, también recordó aquella agenda para pedir al SPD que "vuelva a su programa de reformas".
Llegaron tonos más amables de Los Verdes. Claudia Roth celebró que el SPD se incline hacia políticas ecológicas, mientras el otro copresidente de Los Verdes, Cem Özdemir, aseguraba tomarse "como un reconocimiento a nuestro programa electoral que nos lo haya copiado el SPD". El jefe del sindicato IG Metall, Berthold Huber, que había criticado al equipo de Steinmeier la pasada semana, celebró ayer que el SPD ponga "el futuro de la industria en el centro del debate electoral".
Una extradición inoportuna
Si el SPD vio la semana pasada cómo el robo del coche oficial de la ministra de Sanidad Ulla Schmidt durante sus vacaciones en España aguaba el inicio de su campaña, ayer la CDU vio aterrizar un posible incordio en la suya. Se trata de la pieza clave del escándalo de financiación ilegal que costó la presidencia del partido al actual ministro de Interior, Wolfgang Schäuble, y dañó gravemente la reputación del ex canciller democristiano Helmut Kohl. Karlheinz Schreiber llegó ayer a Múnich, extraditado por Canadá, para enfrentarse a los cargos de evasión de impuestos, soborno y estafa.
El bávaro Schreiber, que durante años fue miembro de la Unión Social Cristiana (CSU), participó en varios negocios millonarios con armamento, por los que percibió millones de euros de comisiones ilegales.
Uno de los pelotazos de Schreiber fue la venta de 36 vehículos tipo Fuchs a Arabia Saudí. Los árabes pagaron al parecer diez veces más de lo que valían aquellos blindados. En total, 450 millones de marcos (unos 225 millones de euros), de los que Schreiber recibió 25 millones. Repartió una parte entre políticos democristianos implicados, como Ludwig-Holger Pfahls. El escándalo saltó con la detención de Pfahls en 1999.
Aún hoy, la fiscalía desconoce dónde acabó buena parte del dinero que Schreiber cobró ilegalmente con ventas de aviones Airbus o armamento de Thyssen por medio mundo. Tras su huida en 1999, Schreiber consiguió evitar su extradición de Canadá con diversos recursos legales. Ahora, está por ver si el espectacular proceso comienza antes de las elecciones del 27 de septiembre y en qué medida afectarán sus revelaciones a las buenas expectativas de voto de la CDU.
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