El régimen apunta contra Occidente
Dirigentes iraníes acusan de injerencia a EE UU, Reino Unido y Francia - Los analistas temen que Teherán quiera cerrar los canales de diálogo
El régimen iraní acusó ayer a Estados Unidos y a varios países europeos de interferencia en sus asuntos internos. En una reunión con el cuerpo diplomático que dejó perplejos a los embajadores occidentales presentes, el ministro de Asuntos Exteriores, Manuchehr Mottaki, dijo que Londres llevaba "dos años preparando un complot contra las elecciones presidenciales" iraníes. El presidente del Parlamento, Alí Lariyaní, fue más lejos y pidió que se revisen las relaciones con Reino Unido, Francia y Alemania. Esa actitud hace temer que Teherán haya pasado a un modo de confrontación que, si siguiera adelante, cerraría todos los canales de diálogo que mantiene con Occidente.
"Reino Unido ha estado preparando un complot contra las elecciones presidenciales desde hace dos años", declaró Mottaki, citado por la cadena oficial iraní PressTV. "Hemos observado un aumento de la afluencia [de británicos] antes de las elecciones", añadió antes de precisar que se trataba de "elementos vinculados a los servicios secretos" de ese país. Para el ministro, el Gobierno de Londres "quería que nadie fuera a votar", y "ésa era la línea de los medios de comunicación británicos".
Las acusaciones, desmentidas de inmediato desde Londres, no se limitaron a Reino Unido. Mottaki también se despachó con Francia ("los franceses no se merecen el presidente que tienen") y con Alemania, a la que recordó que "de sus fábricas salieron las armas químicas" con las que el Ejército iraquí bombardeó a Irán durante la guerra de los ochenta.
"Sólo nos ha faltado que nos soltara a los basiyís", comentó un diplomático que estuvo presente, en referencia al cuerpo paramilitar que estos días reprime las manifestaciones de la oposición. Mottaki había convocado la reunión con los embajadores acreditados en Teherán antes de las elecciones con el fin de informarles sobre el resultado. "Ha hablado poco de eso", explicó este interlocutor; "se ha limitado a asegurarnos que el sistema es tan complejo y tiene tantos controles que la posibilidad de fraude es cero".
Tal es la versión oficial desde que el viernes intervino el líder supremo. El ayatolá Alí Jamenei también vapuleó a Reino Unido, una tradición en Irán, que aún no ha perdonado la colonización de hecho que supuso el control británico de su petróleo a principios del siglo XX. El ministro iraní, que no aceptó preguntas o comentarios, dejó a los embajadores preguntándose qué mensaje había querido transmitir. "Por un lado, su intervención fue incoherente y surrealista; por otro, si se unen sus palabras a las de Lariyaní y Ahmadineyad, da la impresión de que están buscando entrar en colisión", interpreta un observador.
El presidente, Mahmud Ahmadineyad, ha pedido a EE UU y Reino Unido que no interfieran en los asuntos internos de Irán. En una declaración recogida por la agencia iraní ISNA, les advirtió que sus duras puntualizaciones sobre el resultado electoral "no les colocarán en el círculo de los amigos de la nación iraní". Lariyaní, por su parte, pidió ante el Comité de Exteriores del Parlamento que se reconsideren las relaciones con Reino Unido, Francia y Alemania a la luz de sus "vergonzosas" declaraciones sobre el controvertido resultado electoral, según informó PressTV.
"Si cortan relaciones con los tres países de más peso en la UE, no sólo provocarían una reacción de toda la UE, sino que estarían acabando con cualquier diálogo con Occidente", interpreta un analista. "Sólo le quedarían Rusia y China como interlocutores en el G-6", añade, en referencia al grupo de países que, con Javier Solana como negociador, busca una salida a la crisis nuclear abierta por el empeño iraní de enriquecer uranio.
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