La crisis de la automoción arrastra a la quiebra a las empresas de moldes
Matricería Nervión sigue el camino de Irurak y entra en concurso voluntario
De mal en peor. El sector vasco de las matricerías, que se dedica sobre todo a fabricar los troqueles y moldes que darán forma a la chapa de coches y camiones, está recibiendo la puntilla después de prácticamente siete años de deterioro continuado de su actividad.
Si de 2002 a 2007 las empresas del sector perdieron en torno a un 30% de los pedidos y de los precios, debido a la fuerte competencia de los países del este de Europa y a la irrupción de China, en los dos últimos años la caída de esos parámetros supera el 50%. Automoción, electrodomésticos y aeronaútica, los sectores para los que trabajan la mayoría de estas firmas, se están viendo muy afectados por la recesión en todo el mundo. Y ellas están en el principio de la cadena de producción.
El sector ha perdido la mitad de la plantilla en tan solo dos años
De las cinco principales empresas del sector, todas ellas con más de 200 empleados en 2005 -Matricería Nervión, Irurak, Matrinor, Matrici y Batz-, las dos primeras están sufriendo con dureza las consecuencias de la caída del consumo.
Matricería Nervión entró el viernes en concurso voluntario de acreedores (Irurak está en esa situación desde enero), después de un año de conflictos laborales y el despido de 14 trabajadores, con un pasivo cercano a los cinco millones de euros.
El titular del Juzgado de lo Mercantil número 1, Edmundo Rodríguez Achutegui declaró en concurso a la sociedad tras constatar que se encuentra en situación de quiebra. De la documentación aportada por la empresa desde 2005 se puede apreciar el progresivo deterioro de su actividad, de su facturación y, consecuentemente, del empleo, lo que le ha llevado a protagonizar numerosos conflictos laborales.
Esta empresa tenía ya un expediente de regulación de empleo en curso para una treintena de sus empleados. El aprobado por el Juzgado de lo Mercantil es el segundo concurso que afronta tras el que inició en 2007. Ese año tenía unos 200 trabajadores. Ahora apenas si sobrepasa los cien.
Un camino similar emprendió Irurak el pasado enero al entrar en concurso de acreedores. Tenía 133 empleados. Sus fuentes de ingresos eran la automoción y los electrodomésticos.
El sector emplea en total a unos 2.800 trabajadores tras la reducción de unos 800 que se ha producido en los últimos cinco años, la mayoría de ellos en Vizcaya y el 50% de ellos en los últimos meses. Sin embargo, su escaso peso en empleo (apenas el 0,3% de la población ocupada) y de facturación (no llega al 1% del PIB, unos 450 millones) no refleja el impacto que tiene en el tejido productivo vasco por la cantidad de pequeñas empresas auxiliares que arrastra. El 60% de la producción se dirige al extranjero, principalmente a Alemania y Francia. De las tres grandes empresas del sector que en activo -Matrinor, Matrici y Batz, aunque estas dos son cooperativas y operan de manera conjunta- cuelga una constelación de pequeñas compañías de entre 20 y 50 trabajadores que están desapareciendo directamente.
El carácter familiar de los negocios y su escasa adaptación a la feroz competencia de los países emergentes les está llevando a un proceso de extinción irremediable.
Matrici y Batz, pertenecientes al Grupo Mondragón y con sede en Zamudio e Igorre, sin embargo, se han convertido en líderes europeos y trabajan para las principales multinacionales de coches y camiones. Con una plantilla total de 830 trabajadores, las dos han reforzado su alianza para ganar volumen y se han lanzado a una decidida política de inversiones, compras e internacionalización.
Ambas cuentan con presencia directa en Chequia, México y China. Junto a sus sociedades participadas, MB Tooling Boroa, MB Tooling Rioja y MB Tooling Lusitania en Lisboa, facturaron 120 millones de euros el pasado año. El 90% de su producción se exporta.
"La alternativa a la concentración y la diversificación es el concurso de acreedores", sentencia un miembro del comité de empresa de Matricería Nervión.
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