El pasaje del 'crucero de la gripe' vuelve a casa
El 'Ocean Dream' atraca en Aruba y volverá a zarpar tras ser limpiado
Después de cinco días de confinamiento en alta mar tras detectarse el virus H1N1, los pasajeros del crucero Ocean Dream salieron ayer por la mañana por fin a cubierta para cerciorarse de que esta vez no les habían mentido, de que habían atracado en un puerto, en la isla de Aruba, de donde zarparon el 12 de junio.
En el barco quedaban 400 tripulantes y 417 pasajeros, entre ellos, 198 españoles. El Ministerio de Salud de Aruba anunció que todos podrían desembarcar, como así lo hicieron, siempre que volvieran inmediatamente a sus países de origen tras someterse a un examen médico. Aunque varios habían pagado una semana más de estancia en esa isla, Pullmantur aceptó las condiciones del Gobierno de Aruba. Pero intentó que no el barco no quedara retenido.
"Someter el barco a una cuarentena para limpiarlo sería enviar un mensaje nefasto a la industria del turismo", argumentó Federico González, un representante de Pullmantur que viajó el jueves desde Miami para convencer al Gobierno de que el aislamiento no era buena idea. Lo logró sólo a medias. En la isla han quedado los tres miembros del pasaje y un tripulante infectados. El barco será limpiado antes de recibir nuevos turistas. El miércoles estará listo.
Pesadilla y querella
Pero a pesar de que este acuerdo fue sellado en las oficinas de la Autoridad del Puerto de Aruba a las seis de la mañana de ayer, hasta las diez de la mañana los pasajeros no fueron informados sobre su destino: "No hemos recibido ninguna información por parte del capitán. La tripulación dejó un comunicado en cada uno de nuestros camarotes para informar de que el desembarco se efectuaría a las dos de la tarde e indicar dónde debíamos dejar nuestro equipaje, como si todo fuera normal. Por supuesto que, a este comunicado, le adjuntaron la factura del viaje", cuenta Isabel Duque Martínez, una de las pasajeras españolas que está dispuesta a interponer una querella contra Pullmantur por la pesadilla que el Ocean Dream le ha hecho vivir.
Las razones sanitarias no han sido las únicas que han tenido en cuenta las autoridades de Aruba para llegar a un acuerdo sobre el crucero. En noviembre de 2006, la naviera norteamericana Royal Caribbean Cruise compró las tres filiales de la española Pullmantur y desde entonces ambas empresas han crecido de tal modo que absorben buena parte del tránsito turístico que llega a Aruba. Se trata de miles de turistas y mucho dinero.
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