Presente y futuro de la central de Garoña
Soy un acérrimo defensor de las energías renovables como única alternativa para conseguir eventualmente la sostenibilidad e independencia energética de la Península.
No entendería ni aceptaría que se construyesen nuevas centrales nucleares, pero, a mi entender, prorrogar la concesión a la central nuclear de Garoña -si cumple, según parece, estrictas normas de seguridad- puede ser quizás un mal menor, pues, hasta la fecha, las únicas alternativas energéticas viables para mantener nuestro consumo son, bien comprar energía de origen nuclear a nuestros vecinos franceses o producir la energía quemando combustibles fósiles, lo que incrementaría nuestra dependencia externa y nuestras emisiones de CO2.
Incidir en la gran asignatura pendiente que es el ahorro energético e invertir masivamente en energías renovables nos permitiría en un futuro mediato poder sustituir con garantía la energía nuclear y la convencional por las energías verdes.
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