Maldito parné
Hubo un tiempo en que ni al público ni a los periodistas nos importaban un bledo las recaudaciones de taquilla o los índices de audiencia. En los cines triunfaban películas de Alfredo Landa, Gracita Morales, Pajares y Esteso, y a la vez también tenían su hueco las de Carlos Saura, Patino, Bardem o Berlanga. Había sitio para casi todas ellas, y discutíamos de su calidad o de su miseria según el gusto de cada cual. Coexistían el llamado cine comercial y el que se definía de autor, sin que los periódicos fiscalizaran sus resultados económicos. En ocasiones, como ahora mismo, había películas pensadas para el taquillazo que acababan estrelladas en taquilla, y otras, modestas, que ganaban dinero.
En la actualidad está de moda el hablar casi exclusivamente de inversiones y dividendos, como si nos hubiéramos convertido todos en inspectores de Hacienda. Película que pincha en taquilla, y lo hacen muchas, se olvida en el cesto de lo inútil. Pero cuántas películas que hoy se consideran fundamentales en la historia del cine español pasaron por las pantallas sin pena ni gloria...
Comentaba Javier Fesser que Camino, de concurrencia minoritaria, había tenido miles de descargas ilegales en Internet especialmente tras los Goya con que fue premiada, sin que éstas cifras de audiencia se anoten a su favor, como tampoco las descargas que ahora mismo están gozando o padeciendo Mentiras y gordas o Fuga de cerebros, las dos descerebradas películas juveniles que arrasan esta temporada. Los medios sólo contabilizan el dinero contante y sonante en taquilla, el índice de audiencia en salas, algo que lógicamente debe interesar mucho a los hacedores y explotadores de las películas, pero no tanto al espectador llano que lo que quiere es ver cine a su gusto. ¿Por qué martirizarle machaconamente con que el cine va mal? Se lo acabará creyendo aunque en su casa vea más películas que nunca. Si de lo que se trata es de saber cuáles han interesado realmente al espectador, parecería lógico que, al margen de la economía, se hablara también de las muchas maneras en que se consumen películas: descargas, top manta, DVD, pases por televisión... Ya aburre el sambenito de que el cine español y el público se han dado la espalda, cuando a lo mejor es que mantienen una turbulenta historia de amor, apasionada por ilícita y por vivirse a escondidas.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.