Chaves promete a Montilla cerrar el pacto de financiación en mayo

El deshielo de las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña que el PSOE y los socialistas catalanes pedían a gritos desde hace meses comenzó ayer con la reunión de más de cuatro horas que mantuvieron en Barcelona el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el vicepresidente tercero y titular de Política Territorial, Manuel Chaves. Éste se comprometió ante Montilla a pactar la financiación en mayo y a modificar la propuesta que en su día hizo el ex ministro Pedro Solbes y que perpetuaba un modelo según el cual Cataluña seguiría recibiendo una financiación per cápita por debajo de la media española. Esta situación "no es lógica", admitió Chaves para regocijo de Montilla.

Era un encuentro difícil. Chaves se estrenaba sobre el terreno como vicepresidente encargado de limar asperezas autonómicas y Montilla necesitaba que el giro autonomista anunciado por Zapatero se tradujera en hechos concretos. Ambos quedaron satisfechos con el encuentro, pero en distintos grados. Chaves insistió en que la financiación autonómica se cerrará "a lo largo del mes de mayo". Montilla evitó avalar la fecha, y aseguró que sólo habrá pacto cuando haya una buena oferta.

Pero la música que desprendían las palabras de Chaves gustó en el Gobierno catalán. De entrada, por el reconocimiento de Chaves a las tesis que siempre ha defendido el Gobierno catalán en el sentido de que Cataluña, tras contribuir a la solidaridad interterritorial, no puede recibir una financiación per cápita inferior a la media española. También agradó en la Generalitat el hecho de que Chaves se desmarcara de los discursos homogeneizadores entre nacionalidades y regiones. "Siempre he sido partidario de la diferenciación, que no es lo mismo que la desigualdad".

En el terreno de las cifras, que el Gobierno catalán insiste en pactar con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, Chaves también dio esperanzas. De entrada, porque consideró muerta la propuesta del ex ministro Pedro Solbes que consistía en poner encima de la mesa entre 7.000 y 8.000 millones a repartir entre comunidades. Chaves la rechazó cuando era presidente de la Junta de Andalucía y ayer la calificó de "insuficiente".

Con todo esto no es de extrañar que Montilla sentenciara que el encuentro sirvió para "marcar el punto de inflexión" en las alborotadas relaciones entre ambos Gobiernos. "Veremos un cambio de tendencia en las últimas semanas", añadió. Prueba de que algo ha cambiado es que ni Montilla ni Chaves quisieron entrar ayer a valorar las últimas advertencias del PSC en el sentido de que la estabilidad del Gobierno de Zapatero y del tripartito catalán dependen del cumplimiento del Estatuto.

La próxima cita que permitirá ver hasta qué punto las buenas palabras se convierten en hechos será mañana en Madrid, donde se reunirá la vicepresidenta económica, Elena Salgado, con el principal negociador de la Generalitat, el consejero de Economía, Antoni Castells.