El laberinto de un emprendedor

Con lo fácil que se destruyen empresas, y más en estos tiempos de crisis, poner en marcha una, lejos de ser un proceso ágil y simple, sigue suponiendo toda una carrera de obstáculos. Pese a la intención de las administraciones de simplificar los trámites para ello, sigue habiendo 21 pasos imprescindibles que cumplimentar antes de comenzar la actividad de una compañía. El papeleo se puede prolongar hasta dos meses, cuando cerrar una empresa se puede planificar en el desayuno y ejecutar a la hora del almuerzo.

En enero pasado (fecha de los últimos datos oficiales disponibles) se crearon en la comunidad autónoma un total de 250 nuevas sociedades, mientras otras 179 echaban el cierre. Dicho así no parece especialmente grave. Sin embargo, lo es más si esos números se comparan con los de enero del año pasado, cuando se pusieron en pie 439 compañías. Las sociedades que bajaron la ventana supusieron entonces casi el mismo número, 180. La dificultad para acceder a los créditos necesarios para arrancar la actividad empezó a ser más evidente ese año. En enero de 2007 la situación era radicalmente diferente. Las sociedades que se crearon entonces fueron 572 y cayeron 132.

"En los ayuntamientos te pueden dar las uvas, aunque ahora van algo mejor"

Con el caso de un ingeniero imaginario, llamémosle Antxon G., recién licenciado, que acude a la ventanilla de Ajebask Álava, la asociación de jóvenes empresarios, se pueden ir siguiendo los pasos necesarios para formar una empresa.

- Nombre. "Poner el nombre a la sociedad no depende sólo de que se te ocurra", le dicen en la ventanilla. Para constituir una sociedad lo primero es lograr un certificado acreditativo del Registro Mercantil Central de que ninguna otra empresa tiene ya el nombre elegido. Sin ese certificado no hay escritura pública de constitución. Sólo se reserva el nombre durante dos meses antes de la constitución.

- Capital social. "El segundo paso es el dinero". Se trata de ingresar en una entidad de ahorro el capital social y pedir un certificado del ingreso a nombre de la nueva sociedad. Prácticamente en el mismo día, el futuro empresario puede lograr una copia de los estatutos sociales tipo, dependiendo del objetivo de su sociedad, y modificarlos.

- Escritura de constitución. Llega el día D, el de la notaría. "Entre pitos y flautas te has podido tirar unos diez días en preparar unas cosas y recibir otras desde el Registro Mercantil Central", le dicen a Antxon. "El día que vayas al notario no deberás olvidar la siguiente documentación". En ese momento le recuerdan la certificación negativa de la denominación de la sociedad, los estatutos sociales, el DNI y NIF de todos los socios, y los datos de la sociedad, como el certificado bancario del desembolso del capital social, el domicilio de la empresa y la relación de nombres del Consejo de Administración, etcétera.

- CIF provisional. El Código de Identificación Fiscal (CIF) es un documento central que permite la identificación de la sociedad a efectos fiscales. El CIF provisional se pide en la delegación de la Hacienda foral correspondiente al domicilio fiscal de la nueva compañía. Hay que hacerlo dentro de los 30 días naturales posteriores a la constitución de la misma. La solicitud de alta para el pago del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) puede realizarse en el mismo acto, habiendo obtenido previamente el CIF provisional.

- Actos jurídicos. "Los nuevos socios suelen irse a comer juntos para celebrar la constitución de la sociedad", le comentan a Antxon en Ajebask. Así que dejan para el día siguiente la liquidación del Impuesto de Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados, el 1% del capital social escriturado. Disponen de 30 días de plazo tras el otorgamiento de la escritura. Hay que acudir a la Diputación correspondiente con la escritura, el CIF y rellenar el formulario correspondiente.

A renglón seguido es preceptivo acreditarse en el Registro Mercantil provincial con la liquidación del impuesto anterior y la primera copia de la escritura. La provisión de fondos asciende a 100 euros, y a veces se tramita en el mismo día. Es oficial cuando se publica en el Boletín del Registro Mercantil.

- Registro Industrial. "Solo después de inscribirte en el registro Mercantil te conceden el CIF definitivo", recuerdan en la asociación empresarial alavesa. "Y si no te has dado de alta ya en el Impuesto de Actividades Económicas es hora de hacerlo", insisten. Todo ello como paso previo a la inscripción en el Registro Industrial del Gobierno vasco, en el que es necesario presentar todos los certificados y documentos anteriores y un proyecto de diseño de la empresa visado por el colegio oficial correspondiente, con sus boletines eléctricos, proyecto económico industrial, así como las condiciones higiénico-sanitarias. El Gobierno se puede tomar hasta un mes para exigir modificaciones.

- Licencias municipales. "Aquí te pueden dar las uvas, aunque últimamente funcionan mejor", sostienen los asesores de Antxon. Hay que lograr las licencias municipales de Actividad y de Apertura. Hay que solicitarlas en el Ayuntamiento, que pide los documentos de la empresa y el título de propiedad o arrendamiento del local. Se paga por adelantado.

- Libro de matrícula. Antes del inicio de la actividad todavía hay que dar de alta a los empleados en la Seguridad Social y presentar los contratos en el Inem. Además, hay que legalizar los libros oficiales en el Registro Mercantil: el diario, el del inventario y del balance, los libros con los registros de compras, ventas, caja y bancos, y gastos, y los societarios, es decir, el de actas, el de acciones nominativas y el de socios. "Otro de los obligatorios es el libro de visitas, para la Inspección de Trabajo. Y finalmente el de Matrícula, en que están inscritos todos los trabajadores", terminan casi sin aire en Ajebask.

El joven emprendedor está un poco mareado. ¿Y no hay nadie que te haga todo esto? ¿Cuánto cuesta que te lo hagan todo?, pregunta un tanto desesperado. "En tiempo y en dinero..."