Los trabajadores de Ford rechazan el convenio negociado por UGT
La propuesta de la empresa y el sindicato pierde el referéndum por 115 votos
UGT sufrió ayer una derrota histórica en la planta de Ford, la mayor fábrica valenciana, feudo del sindicato. En la factoría, UGT suma el 80,63% de los afiliados, pero eso no impidió un revés en toda regla: los trabajadores rechazaron la propuesta que el sindicato había pactado con la empresa por 2.542 votos en contra y 2.427 a favor. Acudió a las urnas el 76% de la plantilla, formada por cerca de 7.000 empleados.
La propuesta debía regir las relaciones laborales hasta 2014, y había cosechado el rechazo del resto de sindicatos, CC OO, CGT y STM, que consideraban que recortaba derechos y que su vigencia era demasiado larga (cinco años) para un momento de grave crisis económica.
Gonzalo Pino, secretario general de UGT en la fábrica, atribuyó el resultado a la utilización que se hizo de uno de los aspectos contenidos en el convenio, referido a los comedores. Según Pino, la reducción en el servicio de comedores es transitoria en tanto Ford decide qué hacer con la contrata que expira en 2010. Los sindicatos minoritarios, en cambio, están convencidos de que la empresa, al reducir el tiempo para comer, pretende suprimir 180 empleos del servicio, y ayer se manifestaron para protestar contra la medida.
Tras conocer el resultado del referéndum, Pino insistió en la defensa de la propuesta de UGT, que "supera a todas en el sector y es valorada como modelo a seguir", aunque ayer fue derrotada "en base a las posiciones de los sindicatos que se oponen".
El líder de UGT admitió que con el rechazo de la propuesta se produce una "situación muy compleja" en la planta de Almussafes. Tras informar del resultado a la dirección de la compañía, el comité de empresa se reunirá el lunes 20 de abril para que los sindicatos que han logrado imponer sus posiciones en la votación presenten alternativas al texto que UGT había cerrado con Ford. "A ellos corresponde el compromiso", explicó anoche Pino, quien aseguró que UGT no valorará las alternativas de los sindicatos minoritarios hasta conocerlas.
Estos sindicatos no se anduvieron por las ramas. CC OO y CGT consideraron que la derrota respondía a la "prepotencia" y al "secretismo" con los que UGT ha manejado la negociación. "Queda demostrado que la plantilla de Ford no está dispuesta a recortar derechos laborales", dijo Francisca Cuesta, secretaria general de CGT. Miquel Rosaleny, líder de CC OO en la fábrica, afirmó que a los dirigentes de UGT en la planta "sólo les queda una salida, que es la de dimitir".
El secretario general de UGT en Ford negó ayer que se hubiesen producido fugas de voto en su sindicato. Según justificó, el nivel de afiliación de UGT, "como en el resto de sindicatos", casi nunca se corresponde con la participación para defender las demandas de la organización. "Los afiliados esperan una gestión, nada más", precisó. Por su parte, CC OO y CGT aseguraron ayer que les anularon 200 votos que eran válidos. En datos de febrero de 2009, UGT tenía 5.044 afiliados (el 80,63%); CC OO, 834 (13,33%); CGT, 213 (3,40%) y SMT, 165 (2,64%). El resultado de ayer podría alterar la hegemonía que ha tenido UGT en los últimos años.
Entre los puntos fundamentales del convenio propuesto por Ford y negociado con UGT, destacan la duración de cinco años y el incremento salarial según el Índice de Precios al Consumo (IPC), con una cláusula de revisión para cada uno de los años de vigencia. Otros convenios en el sector, como el de Seat, han congelado los salarios. Asimismo, el texto incluía la aplicación de la jubilación parcial y un cambio en el sistema de vacaciones, con un esquema preferente de distribución de una semana en Pascua, tres en verano y una en Navidad.
CC OO, CGT y SMT rechazaban la vigencia de cinco años "sólo" con el incremento anual del IPC, ya que desde su punto de vista supone hipotecar el aumento salarial ante una futura recuperación de la economía. Asimismo, han alegado que la propuesta comportaba pérdida de derechos, como la reducción del servicio de comedores y del período colectivo de vacaciones de verano de cuatro a tres semanas. Otro de los puntos esgrimidos es que los nuevos contratados ya no tendrían derecho a la aportación de la empresa al fondo de previsión para la jubilación.
Uno de los asuntos que más críticas había levantado desde el punto de vista de los sindicatos minoritarios es que los supuestos recortes se habían pactado por la empresa y UGT en el verano de 2007, "mucho antes de que se empezase a hablar de crisis". Como alternativa, proponen una tabla en la que la vigencia del convenio no pase de dos años con un incremento del 2% para 2009 y medio punto más del IPC en 2010, así como el mantenimiento de todos los derechos sociales actuales.
El acuerdo de 2007, en el aire
Después de unos meses muy complicados en la planta de Ford en Almussafes, los acontecimientos de los últimos días parecían despejar el futuro de la fábrica: la multinacional garantizaba la carga de trabajo en la factoría, con la producción del C-Max para todo el mundo; y le concedía estabilidad, aceptando la exigencia de UGT de que el nuevo convenio fuera a cinco años y que no incluyera una congelación salarial similar a la que los trabajadores de SEAT habían aceptado en Barcelona. El sindicato mayoritario aceptaba, a cambio, recortes de vacaciones, de comedor y de contratación fija de los eventuales. Y, lo que quizá haya sentado peor entre la plantilla, aceptaba firmar el último expediente de regulación de empleo presentado por la empresa: el mayor de los solicitados, que afectará a 1.100 trabajadores de mayo a diciembre.
Ese intercambio de concesiones se inscribía en un acuerdo mayor, alcanzado en 2007 entre Gonzalo Pino, líder de UGT en la planta, y el presidente de Ford Europa, John Fleming, tras muy arduas negociaciones, que garantizaba la viabilidad de la planta a medio plazo. El pacto incluía inversiones y carga de trabajo a medio plazo, así como flexibilidad de la plantilla. Y se basaba en el dominio de UGT en la fábrica. Una autoridad que el empuje de la crisis, el desplome de las ventas y la sucesión de expedientes de empleo han debilitado.
Un convenio fallido
- Referéndum. La propuesta de nuevo convenio colectivo negociada por la dirección de la empresa y UGT fue rechazada por 2.542 votos y recibió 2.427 a favor. Acudieron a las urnas 5.282 empleados, el 76,19% de un censo de 6.933 personas.
- Bases. Las principales bases de la propuesta eran la vigencia de cinco años y el incremento salarial en función del IPC, con una cláusula de revisión para cada año. Establecía un esquema de vacaciones: una semana en Pascua, tres en verano y una en Navidad.
- Críticas. Los sindicatos CC OO, CGT y STM hicieron campaña en su contra por la duración del convenio, ya que hipotecaba el incremento salarial ante una posible reactivación económica, por la reducción del servicio de comedores, la alteración de las vacaciones y por permitir a Ford contratar trabajadores de forma eventual durante 10 años.
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