EE UU llama a reinventar la OTAN
Washington quiere convertir la Alianza en una fuerza de prevención de conflictos
El Gobierno estadounidense quiere aprovechar la próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará hoy y mañana en la frontera franco-alemana, para "reinventar" esa organización y convertirla más en una fuerza de prevención de conflictos que únicamente en un instrumento de reacción militar. Al mismo tiempo, Estados Unidos confía en obtener de sus aliados "contribuciones adicionales" de algún tipo para reforzar la nueva estrategia de Washington en Afganistán.
"Muchos de nuestros conceptos estratégicos del siglo XX son todavía útiles. Pero hay que conseguir ahora una Alianza que sea capaz de responder a los retos del siglo XXI, hay que reexplicar la OTAN a los ciudadanos y a los potenciales enemigos. Hay, puede decirse así, que reinventar la OTAN", declaró ayer el consejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca, el general retirado James Jones, en una conferencia de prensa en Londres.
Clinton pedirá a los aliados que revisen también sus planes en Afganistán
Uno de los propósitos de esa reestructuración, según dijo el general Jones, será el de convertir a la OTAN "en una organización más ágil, más rápida, capaz de prevenir los conflictos del futuro" mediante mecanismos como la ayuda económica, el asesoramiento civil o la instrucción militar.
Jones explicó que, actualmente, la OTAN necesita meses de largas negociaciones y gestiones para responder, frecuentemente con demasiado retraso, a las crisis desatadas. Una acción preventiva permitiría, según este punto de vista, actuar con mucha más rapidez y a menor coste.
James Jones aseguró que la OTAN sigue siendo una prioridad dentro de la estrategia de seguridad de Estados Unidos, pero añadió que la Alianza tiene que hacer un esfuerzo de modernización para no perder vigencia. El consejero afirmó que este proceso será, por supuesto, discutido con los aliados, aunque no precisó qué tipo de organismos dentro de la Alianza será preciso renovar o si será necesaria la creación de otros nuevos.
Esta iniciativa empezará a ser debatida mañana con ocasión de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Estrasburgo y Kehl para celebrar el 60º aniversario de la creación de la Alianza. En esa reunión, según informó ayer la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en la misma conferencia de prensa, EE UU solicitará al resto de los socios que sigan el ejemplo de Washington y revisen sus estrategias en Afganistán.
Clinton negó que Barack Obama vaya a pedir específicamente un incremento de las tropas que los miembros de la OTAN tienen desplegadas en Afganistán, algo menos de 30.000 soldados. Pero advirtió que "cada uno tiene que hacer su revisión y ver qué puede hacer para reforzar la nueva estrategia de EE UU".
Este plan, anunciado la pasada semana en Washington por Obama, incluye un aumento en 4.000 soldados (21.000, en total, llegarán antes del otoño), pero incorpora también un incremento de la cooperación civil, de la ayuda económica y una intensificación de la misión de adiestramiento de las Fuerzas Armadas afganas con el fin de que puedan hacerse cargo cuanto antes de la seguridad de su país. "Los objetivos son estabilización, reconstrucción y gobernabilidad. Nuestros aliados tienen ahora que ver cómo se pueden unir a esos objetivos", declaró Clinton.
Hasta ahora, con excepción de Reino Unido, que está considerando el envío de 2.000 soldados, todos los demás miembros de la OTAN se han mostrado reacios al aumento de su esfuerzo militar, aunque algunos parecen favorables a contribuir al entrenamiento del Ejército afgano.
El general Jones se manifestó ayer optimista sobre la posibilidad de que las reticencias actuales puedan vencerse en la cumbre. "Creo que existe un nuevo entendimiento de que estamos en esto juntos, creo que hay un nuevo espíritu, un nuevo sentimiento", opinó.
Clinton, por su parte, descartó que las diferencias que hayan podido existir entre EE UU, Francia y Alemania en la cumbre del G-20 puedan trasladarse a la OTAN. "No tenemos evidencia de ningún tipo de fricción", afirmó.
Para asegurarse de ello, Obama visitará al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y a la canciller alemana, Angela Merkel, hoy horas antes del inicio de la cumbre. El presidente de EE UU quiere ofrecer sus respetos al mismo eje al que George Bush denostó como símbolo de la vieja Europa. Pero eso no impide que Washington mantenga su interés en reforzar lazos con los nuevos aliados, los países de Europa del Este.
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