Saura admite que las cargas contra los 'anti-Bolonia' fueron desproporcionadas
El consejero destituye a Rafael Olmos, pero la oposición le pide que dimita
La actuación de los Mossos d'Esquadra en la manifestación de los anti-Bolonia, el pasado 18 de marzo, fue desproporcionada. Es la conclusión a la que el consejero de Interior, Joan Saura, ha llegado tras dos semanas de indagaciones y consultas. En una sesión dura e intensa en el Parlament, Saura justificó la destitución del director general de la policía, Rafael Olmos, y confirmó que el secretario de seguridad, Joan Delort, asumirá sus funciones "para avanzar hacia el modelo policial" que abandera Iniciativa.
En un discurso preparado a conciencia del que no se salió ni una línea, Saura describió los dos grandes errores de aquella jornada. Uno, que el momento elegido para el desalojo de la UB (víspera de una manifestación estudiantil) no fue el más adecuado. Y dos, que los antidisturbios no aplicaron "criterios selectivos" para aislar a los violentos del grupo (con el resultado de casi 100 heridos).
De los desmanes del 18-M se pasó a la pasividad del 19-M, cuando los mossos recibieron una lluvia de objetos en la plaza de Sant Jaume sin inmutarse. Para evitar excesos y defectos, Saura aumentará la plantilla y la formación de los antidisturbios y creará una unidad de "mediación" para evitar conflictos en manifestaciones.
Flanqueado por los enemigos irreconciliables de su departamento, los secretarios Joan Boada y Joan Delort, Saura echó un capote a los mossos, consciente de que su popularidad es más bien baja. Dijo que las intervenciones incorrectas son "aisladas" y pidió consenso para "sacar a los Mossos de la lucha partidista y del ansia de erosionar al Gobierno".
La oposición no tuvo piedad de Saura y pidió su cabeza. "Por el bien de los catalanes, ¡apártese de los Mossos!", clamó Oriol Pujol (CiU), que volvió a hurgar en la supuesta incompatibilidad entre ser ecosocialista y llevar las riendas de la seguridad ciudadana.
Si los ataques de CiU y PP eran previsibles, la actitud de los socios de Gobierno fue, cuando menos, confusa. El PSC arropó a Saura -"caso cerrado", dijo el diputado David Pérez- pero contradijo las conclusiones de Saura, que juzgó "proporcionadas" las cargas. Lo de ERC fue un quiero y no puedo. Patrícia Gomà evitó defender a Saura y le frió a preguntas. El consejero no contestó ni una. En la réplica, Gomà se limitó a darle las gracias por comparecer sin repreguntarle. Daniel Sirera (PP) se quedó pasmado: "Bienvenida a la oposición".
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