Los anti-Bolonia la vuelven a liar
Grupos de estudiantes ocupan los rectorados de Valencia y Alicante en 48 horas
La batalla campal de Barcelona, que terminó con más de 100 heridos, ha reanimado el movimiento anti-Bolonia. En 48 horas, los estudiantes contrarios al Espacio Europeo de Educación Superior han ocupado los rectorados de la Universitat de València y de la Universidad de Alicante "en solidaridad", según los comunicados de las asambleas de alumnos, con sus compañeros catalanes.
Ayer, en la primera, unos 200 alumnos invadieron el recibidor de la Universitat de València después de manifestarse y cortar el tráfico varias veces en la avenida de Blasco Ibáñez. A pesar del fuerte dispositivo policial, que vigiló la marcha desde la puerta de la facultad de Geografía e Historia, los jóvenes pudieron recorrer la vía, entrar en el rectorado y colocarse en las escaleras. Todo ocurrió pacíficamente. Los alumnos no intentaron reventar el consejo de gobierno (como ya ha ocurrido dos veces) que se celebraba en el piso de arriba. Y la policía, que en los últimos meses ha bloqueado reiteradamente el acceso a los anti-Bolonia al edificio de rectorado, no intervino. Una prueba de que también aquí ha calado la dureza con la que los Mossos d'Esquadra se emplearon la semana pasada.
Tras los sucesos de Barcelona, la policía evita intervenir
A pesar de lo ocurrido ayer, la intensidad de la protesta ha basculado desde Valencia hacia Alicante. Mientras en la primera el movimiento ha entrado en los cauces de representación internos (el claustro y las juntas de facultad) en los que están presentes desde las pasadas elecciones de noviembre, al sur la marea anti-Bolonia parece haber llegado a su clímax.
En la primera gran fase de la revuelta, la que se extendió más o menos entre el verano y las vacaciones de Navidad, la protesta mantuvo un perfil moderado en Alicante. Y hay quien opina que subió de tono gracias, en buena medida, a las desafortunadas declaraciones del presidente del consejo de alumnos de la universidad, contrario a la protesta, que calificó "mugrientas" las tiendas en las que dormían los estudiantes en el campus de Sant Vicent del Raspeig. A los pocos días, su número se triplicó. Y este miércoles tuvo lugar su acción más excesiva.
Durante doce horas los estudiantes estuvieron atrincherados en el rectorado de la Universidad de Alicante e impidieron pasar y trabajar con normalidad al rector, a todo su equipo de Gobierno y a los funcionarios. A media que avanzó la mañana la tensión fue aumentando. En algunos momentos algunos funcionarios quisieron entrar, y la barrera humana de alumnos, que habían, además, colocado decenas de sillas y mesas en las puertas, se lo impedía.
"El derecho a la huelga no puede colisionar contra el derecho al trabajo, tú te manifiestas pero a mí me dejas trabajar", decía en una acalorada discusión un funcionario. El rector, Ignacio Jiménez Raneda, conversó con los manifestantes para exigirles que se disolvieran, pero lo no hicieron. Al mediodía el rectorado emitió un comunicado de condena de la violencia.
Como ya ocurrió en la Universitat de València, las asambleas contrarias al espacio europeo de educación se presentarán a las elecciones del próximo martes 31 de marzo. Los 28.000 estudiantes del campus están llamados a votar para renovar a los 78 representantes claustrales de los alumnos.
A la cita se presentan tres candidaturas. La de Campus Jove, asociación que dirige el Consell d'Alumnes y que arrasó en las pasadas elecciones al obtener 60 de los 78 delegados, la nueva APE (Plataforma alternativa a una universidad pública) que agrupa a gente de la Assamblea d'Estudiants AntiBolonia, a Universitarios Progresistas y SEPC (Sindicat dels Països Catalans). Además, se presenta una tercera lista ALUA (Alumnos Universidad de Alicante), compuesta por 24 chichas y 24 chicos en las listas.
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